Cuando estallaba la crisis sanitaria por COVID, allá del mes de abril del 2020, el presidente López Obrador se le ocurrió decir en su conferencia mañanera que la pandemia nos había caído como anillo al dedo.La pandemia, decía el presidente, sería la razón por la que los mexicanos “saldríamos más fortalecidos” y “afianzaríamos más la transformación”. Al final, la pandemia se terminó convirtiendo en el pretexto perfecto para que el gobierno de AMLO justificara los malos resultados obtenidos.Que si el crecimiento económico, la pandemia. Qué si la pobre generación de empleos, la pandemia. Que si las malas condiciones de los hospitales y servicios públicos de salud, pues la pandemia.El enemigo público al que se le cargaron todas las cosas malas que pasaban en este país, eran culpa de la pandemia. Para el gobierno de AMLO, parecía que la pandemia solamente había ocurrido en México, mientras que en el resto del mundo no había pasado nada.Ahora, en los inicios del gobierno de Sheinbaum, tenemos un escenario similar. No se trata de una pandemia, pero se trata de las políticas comerciales del gobierno del presidente Donald Trump. Los aranceles de Trump serán ahora la nueva pandemia de este gobierno. Si la economía anda mal, pues será culpa de Trump.Es normal que los gobiernos mediante el uso que hacen de la propaganda se agencien todo lo bueno y nunca asuman nada de lo malo que pasa. Justo para eso es que existen los analistas independientes.Entre las falsedades que hemos estado escuchando recientemente desde el gobierno federal, es que la economía mexicana “está fuerte”. Que en el 2025 tenemos una “economía sólida” que le puede hacer frente a los conflictos arancelarios del señor Trump y, por lo tanto, no debemos angustiarnos.La realidad que presentan los datos es completamente distinta. La economía de nuestro país prácticamente está estancada desde octubre del año 2023. A partir de entonces el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) no ha hecho otra cosa que fluctuar alrededor de los valores que tenía en octubre, a veces un poco arriba a veces un poco a bajo. Solamente al final del año pasado pareciera que ha iniciado una nueva tendencia, pero a la baja.La inversión productiva, sin la cual es imposible pensar que pudiera haber crecimiento económico, está parada desde octubre y ya con una franca tendencia a la baja a partir del final del 2024. El consumo, que suele ser mucho más resistente ante los vaivenes económicos, resulta que tuvo su pico de crecimiento en marzo del 2024, justo antes de las elecciones, y a partir de ahí, también se estancó.Y finalmente el empleo, variable sensible de cualquier economía. Si la economía no se mueve, entonces la generación de puestos de trabajo en la economía formal se detendrá. Y eso es precisamente lo que ha pasado, 2024 cerró como el peor año en generación de empleos formales desde la pandemia. Reflejo de la disminución en la dinámica económica.Cuando los aranceles se establezcan terminarán por apagar el único motor que le quedaba prendido al país, el sector exportador. Y es que ponerles aranceles a los productos manufactureros, significará la caída en los pedidos producto del incremento de precios a causa del arancel.La única forma de que los precios en dólares no se vieran afectados, sería que el tipo de cambio se depreciara con fuerza, es decir, que pasara de los 20 pesos a casi los 25 pesos por dólar, y de esa forma, unos aranceles del 25 por ciento no los notaría el consumidor norteamericano.Cómo sea, la política arancelaria de Trump sí llegó para mover el tapete económico no solo de México, sino del mundo. Y, sin embargo, la economía mexicana ni está fuerte ni está preparada para el golpe económico que significarán los aranceles de Trump. Los que le habrán caído, otra vez, como anillo al dedo para justificar los malos resultados económicos y de empleo.
