La contaminación por plásticos es un problema ambiental en constante crecimiento que no solo afecta a los ecosistemas, sino también a la salud humana. Entre las formas menos evidentes, pero igualmente preocupantes de esta contaminación, se encuentran los microplásticos. Estas diminutas partículas pueden infiltrarse en nuestra alimentación sin que lo notemos, representando un posible riesgo para nuestro organismo.Los microplásticos se originan a partir de la degradación de plásticos más grandes y están presentes en el agua, el suelo y el aire. Una vez liberados en el entorno, estos fragmentos pueden ser ingeridos por organismos marinos y terrestres, integrándose en la cadena alimentaria hasta llegar a los consumidores. Aunque sus efectos en la salud humana aún están bajo investigación, su presencia en los alimentos representa una señal de advertencia sobre las consecuencias de la contaminación plástica.El agua, esencial para la vida, también puede ser un vehículo para los microplásticos. Estudios han demostrado que tanto el agua embotellada como la del grifo pueden contener estas partículas. El uso de botellas de plástico, especialmente cuando se someten al calor, incrementa la liberación de fragmentos diminutos que terminan en nuestro cuerpo.Las carnes y pescados disponibles en el mercado suelen estar en contacto con plásticos durante su proceso de envasado. Además, los organismos marinos, como peces y mariscos, ingieren microplásticos presentes en el agua, acumulándolos en sus tejidos. Como resultado, estas partículas pueden terminar en la dieta humana.El riego en la agricultura puede contener microplásticos, lo que provoca su absorción por los cultivos. Además, muchos productos frescos se comercializan envueltos en plástico, aumentando la posibilidad de contaminación.Optar por alimentos orgánicos, ya que suelen emplear menos fertilizantes sintéticos, los cuales pueden contener microplásticos.Las bolsitas de té de un solo uso pueden liberar microplásticos cuando entran en contacto con líquidos calientes. Muchos de estos envases contienen polímeros plásticos que se degradan en partículas microscópicas.Si bien los microplásticos están cada vez más presentes en nuestra alimentación, existen medidas que podemos tomar para minimizar nuestra exposición. Optar por alternativas sostenibles, reducir el uso de plásticos, preferir alimentos menos procesados y elegir envases reutilizables son acciones clave. Con pequeños cambios en nuestra vida diaria, podemos reducir los riesgos para nuestra salud y contribuir a la lucha contra la contaminación plástica.BB