En la vida cotidiana, todos conocemos a alguien que está siempre dispuesto a ayudar. Ya sea en el trabajo, en la familia o entre amigos, estas personas se destacan por su generosidad y disponibilidad. Pero, ¿qué dice la psicología sobre aquellos que siempre hacen favores?Las personas que constantemente hacen favores suelen estar motivadas por diferentes razones. La teoría del altruismo sugiere que algunas personas ayudan de manera desinteresada, sin esperar nada a cambio, porque esto les genera satisfacción personal. Sin embargo, otros estudios indican que en algunos casos, ayudar puede ser una forma de obtener validación o mejorar la propia imagen.Desde el punto de vista de la teoría del refuerzo, ayudar a los demás puede convertirse en un hábito reforzado por recompensas sociales, como el agradecimiento o la aprobación. En otras palabras, si una persona recibe elogios o muestras de afecto cada vez que ayuda, es probable que continúe haciéndolo.La empatía es un factor clave en la disposición de ayudar. Las personas con una alta capacidad empática tienden a ponerse en el lugar del otro y actuar en consecuencia. Además, ciertos rasgos de personalidad, como la amabilidad y la responsabilidad (según el modelo de los cinco grandes rasgos de la personalidad), están fuertemente relacionados con la conducta prosocial.Por otro lado, algunas personas que siempre hacen favores pueden experimentar dificultad para poner límites. En estos casos, el deseo de ser aceptados o el miedo al rechazo pueden llevar a un comportamiento excesivamente complaciente, lo que puede derivar en estrés y agotamiento emocional.Aunque ayudar a los demás es una cualidad positiva, hacerlo de manera constante y sin establecer límites puede generar consecuencias negativas. Algunos estudios sugieren que las personas que priorizan el bienestar de los demás sobre el propio pueden experimentar agotamiento emocional e incluso resentimiento si sienten que su esfuerzo no es reconocido.El "síndrome del salvador" es un término utilizado en psicología para describir a quienes sienten la necesidad de resolver los problemas de los demás de forma compulsiva, incluso cuando no es su responsabilidad. Este comportamiento puede derivar en relaciones desequilibradas y en una pérdida de identidad personal.La clave está en encontrar un equilibrio entre la generosidad y el autocuidado. Aprender a decir "no" cuando sea necesario y establecer límites saludables es fundamental para evitar el agotamiento. La psicología positiva sugiere que ayudar a los demás es beneficioso para el bienestar, siempre que no se haga a expensas del propio.En definitiva, ayudar es una virtud, pero también es importante asegurarse de que esta acción proviene de un deseo genuino y no de una necesidad de validación externa o de miedo al rechazo. La mejor forma de contribuir al bienestar ajeno es asegurarse de que también se cuida el propio bienestar.BB