La hiperactividad es un comportamiento frecuente en la infancia, caracterizado por altos niveles de energía, inquietud y dificultad para mantenerse en una sola actividad durante períodos prolongados. Sin embargo, cuando esta conducta interfiere significativamente en la vida cotidiana, podría tratarse del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Pero, ¿cómo distinguir entre una hiperactividad normal y una que requiere atención profesional?Los niños, especialmente en edades tempranas, tienden a ser muy activos. Es común que corran, salten y jueguen constantemente, ya que están explorando el mundo y desarrollando sus habilidades motoras y cognitivas. Algunos signos de hiperactividad considerada normal incluyen:Periodos de atención acordes a su edad (por ejemplo, lapsos cortos en preescolares, mayor concentración en niños mayores).El TDAH es un trastorno neurobiológico que afecta la atención, el autocontrol y la regulación de la actividad motora. La hiperactividad en este caso no es simplemente una energía excesiva, sino una dificultad persistente para autorregularse. Algunas señales de alerta incluyen:Si un niño muestra signos de hiperactividad que afectan su desarrollo y bienestar, es importante consultar con un especialista. Un pediatra, psicólogo o neurólogo infantil puede realizar una evaluación y determinar si se trata de TDAH u otro problema.El tratamiento puede incluir terapia conductual, estrategias educativas y, en algunos casos, medicamentos. El apoyo de la familia y la escuela es fundamental para ayudar al niño a desarrollar habilidades de autocontrol y organización.La hiperactividad es una característica normal en muchos niños, pero cuando interfiere de manera significativa en su vida diaria, podría indicar la presencia de TDAH. Observar con atención el comportamiento y buscar asesoramiento profesional es clave para brindar la ayuda adecuada y mejorar la calidad de vida del niño y su entorno.BB