La Cuaresma es un momento de reflexión que llama a convertirnos y recibir a Dios en nuestra vida. Durante esta temporada, muchos practicantes de la fe Católica optan por evitar las carnes rojas y blancas, y sustituyen esos alimentos por pescados y mariscos.Además de ser una opción muy solicitada por las familias durante la Cuaresma, los pescados y mariscos ofrecen múltiples beneficios para la salud. Tienen un alto contenido en proteínas, vitamina D, zinc, hierro y ácidos grasos omega-3.Sin embargo, es importante garantizar la frescura y seguridad de estos alimentos para evitar riesgos a la salud. Es por eso que seguir algunas claves deben tomarse en cuenta para disfrutar de estos productos de manera segura y responsable.Para alimentar a tu familia con mayor calidad de productos, es importante que realices tus compras en lugares que cumplan con los estándares de higiene y verifiques la frescura de los alimentos.En el caso del pescado, los ojos deben ser brillantes y las escamas no deben desprenderse fácilmente. Además, la carme debe ser firme al tacto y tener un olor similar al del mar.Una vez comprados los alimentos, debes darles el almacenamiento adecuado para evitar riesgos y problemas de salud. Estos productos deben mantenerse en el refrigerador si planea consumirlos en poco tiempo. Si no se van a preparar de inmediato, congelarlos es la mejor opción.Al momento de la preparación de los productos, la higiene es indispensable. Se recomienda separar los mariscos y pescados crudos de otros alimentos, especialmente aquellos que se consumen sin cocinar.Si bien estos alimentos son muy saludables, algunas personas podrían tener una contraindicación de estos productos. Los pescados con altos niveles de mercurio, como el atún, deben ser evitados por las mujeres embazadas y los niños pequeños.De igual forma, aquellas personas que no han consumido mariscos con anterioridad deben estar atentos a posibles reacciones alérgicas.MBV