No hay que ir muy lejos, mucho menos al Golfo de México, para conocer la orden ejecutiva de Trump que lo renombra como Golfo de América.Todas las directrices firmadas por Trump en su primer día de Gobierno están en línea en la web de la Casa Blanca.Revisemos la titulada: “Restaurando nombres que honran la grandeza de América”. Son apenas cinco cuartillas.Allí, Trump se refiere a “la zona anteriormente conocida como Golfo de México”, misma que denomina como una región crucial para la economía y desarrollo de Estados Unidos.Ofrece datos: Norteamérica extrae del Golfo de México el 14% de su petróleo y gas natural y enumera su relevancia para la industria marítima.“En reconocimiento de este floreciente recurso económico y su importancia crítica para la economía de nuestra nación y su gente, estoy ordenando que se le cambie oficialmente el nombre de Golfo de América”, indica la orden ejecutiva.Da un plazo de 30 días a Doug Burgum, su Secretario del Interior, para que actualice el Sistema de Información de Nombres Geográficos de Estados Unidos y que todos los documentos y mapas federales reflejen el nuevo nombre de Golfo de América.En realidad, el cambio de nombre aplica sólo para los Estados Unidos a nivel interno. Es posible: ya ocurre con el Río Bravo. De aquel lado lo llaman Río Grande.Un cambio de nombre internacional requiere que los tres países involucrados: México, Estados Unidos y Cuba, estén de acuerdo. Implica también modificar convenios trasnacionales. Es algo poco menos que imposible.Renombrar mapas, documentos, legislación local, nacional e internacional, cartas náuticas, etc, cuesta dinero.Hay que cambiar, además, cuatro siglos de historia y cambiar la historia misma, pues la primera referencia al Golfo de México data de un mapamundi de 1607, antes de que los primeros colonos llegaran a poblar Virginia.Detrás del cambio interno de nombre que realizará Trump, igual que en muchas de las acciones que emprenderá, hay un colonialismo simbólico para reforzar el nacionalismo americano que lo llevó al poder.Nosotros y el resto del mundo nos referiremos al Golfo de México, ya lo dijo la Presidenta, pero Trump en sus afanes imperialistas podrá decir “Welcome to el Golfo de América”.
