El Senado de la República se encuentra discutiendo la reforma a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política para modificar la naturaleza jurídica de las empresas del Estado en materia energética y regular de una nueva manera el mercado de energía en el país.Mientras tanto, la Cámara de Diputados ha recibido la Ley de Ingresos de Hidrocarburos, cuyo contenido es primordialmente de naturaleza fiscal.Ahora bien, el planteamiento recomendado por el Ejecutivo entraña que haya seis leyes principales: la Ley de la Empresa Pública del Estado, Petróleos Mexicanos, la Ley de la Empresa Pública del Estado, Comisión Federal de Electricidad, la Ley de Planeación y Transición Energética, la Ley del Sector Eléctrico, la Ley del Sector Hidrocarburos y la Ley de la Comisión Nacional de Energía. A su vez, se propone armonizar cinco Leyes adicionales: la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos, la Ley del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo, la Ley de Biocombustibles, la Ley de Geotermia y la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.Es claro que existe un intento por fortalecer administrativamente a Pemex y a la CFE, como empresas públicas del Estado. Se recomienda, de hecho, integrar a Pemex y a la CFE horizontal y verticalmente. Esto quiere decir que se estimulará que estas dos empresas puedan controlar todas las fases de la cadena de valor: de la producción de insumos a la distribución (integración vertical). Pero también se espera que puedan crear múltiples entidades que produzcan y vendan un mismo servicio (integración horizontal). El desafío para que estas empresas -aún con la restructuración en su gestión- sean eficaces en brindar servicios públicos es enorme, dada la manera caótica en que han sido administradas en el pasado. Además de esta transformación de orden administrativo, se le piensa otorgar un régimen especial a las dos empresas para manejo de su presupuesto, contabilidad, y deuda.Hay también un intento de simplificación de los instrumentos de planeación de 15 a 6, teniendo como base el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2025. Todo lo cual parece positivo.En cuanto a la regulación de la industria, la Ley de la Comisión Nacional de Energía propuesta prevé la creación de un órgano desconcentrado de la Secretaría de Energía que supuestamente tendrá independencia técnica y operativa para regular el otorgamiento de permisos de generación y comercialización de energía eléctrica, establecer tarifas para todos los servicios asociados, vigilar el mercado eléctrico mayorista y encargarse de todos los permisos de la cadena productiva de gas natural, petrolíferos y petroquímicos. La duda aquí, por supuesto, es qué tan autónomo será realmente este ente regulador.Estos cambios y otros parecen tener el objetivo de que el sector de energía se acople a la política industrial propuesta por la Presidenta, bajo el nombre de Plan México.No obstante que la serie de propuestas tienden a privilegiar el papel de las Empresas del Estado, estas dejan ciertamente un espacio para la participación privada. En cuanto a la generación eléctrica, se define la participación de la iniciativa privada a través de seis esquemas: tres para consumo propio y tres para generación de energía. Se propone también una fórmula de inversión mixta, pero con la salvaguarda de respetar la participación de 54 por ciento de la CFE. En cuanto a Pemex, se busca darle preferencia para la determinación de las áreas de exploración y extracción, pero también se le permite asociarse con privados en contratos mixtos. Aquí se puede notar quizás un cambio de visión entre este Gobierno y el del sexenio anterior en cuanto a los beneficios de la participación de la iniciativa privada en la economía.Todo esto también parece positivo. No obstante, existe indudablemente la necesidad de garantizar que la implementación de la reforma energética sea congruente con los compromisos que México tiene al haber suscrito diversos instrumentos internacionales.Con estos comentarios apenas hemos tocado la superficie de la nueva concepción sobre energía en México y de cómo se plasma en Leyes Secundarias. Hay, desde luego, muchas otras aristas que iremos comentando.