Cuando se vive una afectación a la economía, por lo general vienen de dos fuentes: externas o internas. Externas como lo sufrimos con la crisis financiera del 2008 o la crisis que nos trajo la pandemia. O internas, si fuimos nosotros mismos quienes provocamos que la economía dejara de funcionar, como la crisis de 1982 o la crisis de 1994.A inicios de este 2025, todo parece indicar que el golpe económico vendrá del exterior, el triunfo de Donald Trump en las elecciones de noviembre ha sumido al mundo entero en un nuevo episodio de incertidumbre y pérdida de oportunidades. No solo para México, porque lo que Estados Unidos le haga al comercio internacional, prácticamente se lo está haciendo a todo el mundo, pero específicamente difícil para México, que depende en un 80 por ciento de lo que nos compren los norteamericanos.La vida es incierta. Los negocios siempre traen un grado de incertidumbre y riesgo. Por eso hay un vínculo entre nivel de riesgo y rentabilidad esperada. Si usted cree que el negocio será más riesgoso, es normal pedir una tasa de ganancia mayor, que si el negocio es más “seguro”.Pero también altos niveles de incertidumbre provocan que las oportunidades de negocio se detengan.Simplemente, no hay suficientes oportunidades de negocio que otorguen tasas de ganancia tan altas, como para compensar el riesgo. Es por eso que nuestra economía mexicana se seguirá enfriando conforme vaya pasando el año.La sola presencia de un presidente en los Estados Unidos que cada día amenaza con nuevos aranceles a la producción de ciertos productos o servicios provoca que los planes de inversión ya no sean tan seguros. ¿Cómo van a saber las empresas cuánto dinero pueden ganar o perder, si ni siquiera pueden estar seguros del tipo de aranceles que deberán de pagar?Imagine que se concreta la idea de Trump de igualar el IVA a un arancel. Lo que significaría que Estados Unidos les cobraría a todos los productos mexicanos un 16 por ciento de arancel para compensar el IVA que pagan los productos norteamericanos cuando se venden en México.Ahora se habla de otro impuesto a la entrada de vehículos ensamblados fuera de los Estados Unidos. Ese arancel en particular sería desastroso para nuestro país, porque significaría que la presencia misma de las plantas armadoras en México estaría en duda.¿Todavía sería rentable para Nissan mantener las plantas 1 y 2 en Aguascalientes? La respuesta no es obvia, pero los efectos son previsibles: el incremento en la incertidumbre castigará la inversión y cancelará muchas oportunidades de negocio.La economía mexicana no puede aspirar a tener crecimiento, cuando se tiene ese elevado grado de incertidumbre. Con un presidente Trump amenazando con nuevos aranceles o con periodos “de prueba” de un mes. ¿Qué economía puede crecer si no puede ofrecer un horizonte de certidumbre más allá de un mes?Lo peor de todo este escenario, es que en esta ocasión, si bien las amenazas vienen de fuera, la economía nacional se encuentra profundamente vulnerable. Con un exceso de endeudamiento, con un presupuesto público limitado, con un severo problema de seguridad pública y con un deterioro institucional provocado por López Obrador y ahora por Sheinbaum.Al mes de enero de este año, la economía mexicana estaba en el mismo nivel que ya tenía desde octubre del 2023. Más de un año en horizontal sin crecimiento económico. Por lo tanto, la generación de empleos en la economía formal está en mínimos desde la pandemia.Pasó un año de enorme gasto electoral por las elecciones y la economía mexicana ni se movió. Solo siguió creciendo el endeudamiento y la debilidad de las finanzas públicas. Hoy Sheinbaum y su gobierno enfrentan esa amenaza externa, con una economía mucho más débil que antes.2025 pinta para una recesión.