Durante más de cuatro décadas se ha mantenido popular la paradoja de Peto, una idea basada en observaciones que sugería que el tamaño corporal de las especies no estaba correlacionado con el riesgo de cáncer, sin embargo, un nuevo estudio reveló que esto no es totalmente verdadero.La investigación fue publicada en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS, Actas de la Academia Nacional de Ciencias) y fue encabezado por la Universidad de Reading (Reino Unido). Para refutar dicha paradoja, los autores analizaron datos de cáncer en 263 especies: 31 anfibios, 79 aves, 90 mamíferos y 63 reptiles escamosos.Con el uso de métodos filogenéticos comparativos avanzados, los autores hallaron una asociación positiva entre el tamaño corporal y la malignidad en las cuatro clases de vertebrados, con una mayor prevalencia en las especies de mayor tamaño.Las aves y los mamíferos (que dejan de crecer a un tamaño determinado) y los anfibios y reptiles (que pueden crecer durante toda su vida) se observaron por separado. Sin embargo, a pesar de estas diferencias en los patrones de crecimiento, ambos grupos mostraron la misma tendencia general, es decir, que las especies de mayor tamaño presentaban tasas de cáncer más elevadas.El estudio también apunta que las especies que evolucionaron rápidamente hasta alcanzar grandes tamaños en escalas de tiempo evolutivas cortas desarrollaron mecanismos mejorados para controlar el crecimiento celular y prevenir tumores, por ello, un elefante, por ejemplo, tiene aproximadamente el mismo riesgo de cáncer que un tigre, un animal de apenas una décima parte de su tamaño, según señaló la Universidad de Reading.Los investigadores identificaron además un subconjunto de especies que padecen mucho más o mucho menos cáncer de lo que cabría esperar dado su tamaño corporal.El periquito común (Melopsittacus undulatus) tiene tasas de cáncer más de 40 veces superiores a las que cabría esperar para su tamaño corporal, de menos de 30 gramos. Por el contrario, la rata topo desnuda (Heterocephalus glaber) casi no sufre esa enfermedad.“Descubrir qué animales combaten mejor el cáncer abre nuevas vías de investigación”, destacó el investigador George Butler, del University Collefe de Londres y también firmante del estudio.Asimismo, el investigador de la Universidad de Montpellier (Francia), Fréféric Thomas, que no participó en el trabajo, indicó que “el estudio ofrece un interesante análisis de la relación entre el tamaño corporal y la prevalencia del cáncer”, a través de un comentario en una plataforma de recursos para periodistas.También manifestó que "todo el mensaje de este artículo se basa en opciones estadísticas específicas, aunque no dejan de ser eso: opciones. Estas elecciones, como en cualquier análisis complejo, son más o menos discutibles. En este contexto, no cabe duda de que otros científicos pueden legítimamente adoptar una perspectiva crítica sobre este trabajo y sus conclusiones”, finalizó Thomas.* * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp * * *EA