El tercer Tribunal Laboral Federal de Asuntos Individuales en Zapopan, Jalisco, ordenó a Petróleos Mexicanos reinstalar a un trabajador que solicitó ser atendido en el programa de rehabilitación. El hombre al encontrarse en proceso de divorcio y al hacerse cargo de sus tres hijos sufrió depresión que lo llevó a consumir alcohol y drogas, que repercutió en su desempeño laboral, ocasionando la acumulación de cuatro faltas de forma injustificada en un mes, por lo que la paraestatal planeó despedirlo.Durante y después de la investigación sindical, el empleado por conducto de sus familiares y del sindicato hicieron del conocimiento a la parte patronal, entre otras cuestiones, que se encontraba en rehabilitación por problemas de alcoholismo y drogadicción. En consecuencia, se condenó a Pemex a la reinstalación, en el entendido de que se le deberá pagar su salario íntegro desde la fecha del despido injustificado, hasta que sea rehabilitado por completo y reinstalado en su empleo ordinario. Además, solicitaron la aplicación de la cláusula 99 del contrato colectivo de trabajo respectivo, esto es, que se le otorgara la atención médica.