Que la violencia se detenga, que todas puedan caminar seguras por las calles, que el acoso y la brecha de género no se normalicen.Bajo esas premisas, miles de mujeres tomaron las calles de Guadalajara para conmemorar el Día Internacional de la Mujer: el 8M. Corearon y gritaron múltiples consignas: “Hija, escucha: tu madre está en la lucha”. “Vivas se las llevaron, vivas las queremos”. “No es desfile, es protesta”. Otras gritaron para recordar a las víctimas de feminicidios o que hoy están desaparecidas, pero el objetivo fue unísono: que ya no haya miedo, que estén libres y sobre todo, vivas.En México, durante 2024, hubo un total de 839 feminicidios según el Gobierno Federal. Y actualmente hay más de 28 mil mujeres desaparecidas de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas. Por eso, esta marcha estuvo encabezada por familiares de víctimas de estos delitos que exigieron justicia, ya que nunca más volvieron a verlas.Entre ellas estaban dos: Isis Miren Urteaga Ramírez y Lizeth Saldívar Rangel, quienes fueron víctimas de feminicidio. Isis fue asesinada en noviembre de 2020 por su expareja, Salvador, mientras que Liz murió en febrero de 2015. Ninguna de ellas ha recibido justicia, pero tampoco han sido olvidadas. La madre de Isis contó que el caso avanza pues su ex pareja ya está detenida: “Estamos en la última etapa. El juez se encuentra revisando todas las pruebas. Poquito más de cuatro años y no tenemos respuesta de nada”. Por otra parte, Patricia, hermana de Lizeth, reclama que a 10 años del hecho no hay justicia: “Las leyes lo han protegido, se ha amparado y (el responsable) sigue libre, en las calles y requiero justicia para mi hermana”. La lona que abría paso al contingente tenía la frase: “Desde la rabia, lucha y esperanza”, lema de la concentración de este año. Y muchas iban con esos sentimientos. Por ejemplo, Anselma Castillo, quien ya es abuela, estuvo acompañada por su hija y nieta para protestar por la violencia que han sufrido las mujeres a lo largo de los años, incluida ella y su familia.“Vengo porque se metió un hombre a abusar de mi hija cuando estaba chiquita y no hicieron justicia. Al contrario, los de Fiscalía le pusieron que ella había recibido dinero”.Las autoridades estatales calcularon que fueron decenas de miles las que acompañaron al contingente. Pero no fueron las únicas.El grito contra la desigualdad, el fin de la violencia y en pro de la sororidad se replicó en diversas ciudades de México y el mundo. Desde el Monumento a la Revolución, en la Ciudad de México, miles se sumaron a una marcha que sumó a emprendedoras, estudiantes, trabajadoras, madres y activistas. La diversidad de voces presentes demostró que la lucha feminista es incluyente y gana fuerza. Movimientos similares ocurrieron en Centro y Sudamérica. Desde Perú hasta Argentina, las manifestaciones visibilizaron las problemáticas que enfrentan las mujeres en cada lugar en donde viven y la urgencia de políticas que garanticen sus derechos.Finalmente, en Estados Unidos y en Puerto Rico las protestas tuvieron un marcado tono político, pues miles de ellas marcharon en contra del presidente Donald Trump en un franco rechazo a sus políticas.