Martes, 25 de Febrero 2025

Miles de personas se reúnen en el Vaticano para orar por la salud del papa Francisco

El Vaticano comunicó que Bergoglio "durmió bien, toda la noche", y aunque sigue recibiendo oxígeno suplementario, ha disminuido el flujo y la concentración

Por: AP .

Fieles católicos rezan el rosario por la salud del papa Francisco en la plaza de San Pedro del Vaticano. AP/K. Wigglesworth

Fieles católicos rezan el rosario por la salud del papa Francisco en la plaza de San Pedro del Vaticano. AP/K. Wigglesworth

Miles de personas se reunieron el lunes por la noche en la plaza de San Pedro para orar por el hospitalizado papa Francisco. Los fieles expresaron tristeza por su sufrimiento, esperanza por su recuperación y gratitud por sus esfuerzos para guiar a la Iglesia católica.

El papa Francisco, de 88 años, tiene neumonía en ambos pulmones y se encuentra en estado crítico a pesar de mostrar una ligera mejoría tras 11 días en el hospital.

El Vaticano dijo temprano el martes que "durmió bien, toda la noche".

Mientras el cardenal Pietro Parolin, el número dos del Vaticano, lideraba oraciones durante 45 minutos en una noche fría y lluviosa el lunes, los fieles acariciaban cuentas de rosario y ponían su esperanza en la recuperación de Francisco. El Vaticano emitió una dosis de optimismo más temprano en la noche, al difundir un parte médico más alentador que en días recientes.

Aún así, el ambiente era mayormente sombrío en la monumental plaza, y muchos de los aproximadamente 4 mil asistentes comprendían que podrían estar en Roma durante los últimos días de Francisco. La gente se sentó bajo paraguas en sillas plegables o se mantuvo de pie junto a las vastas columnatas mientras reflexionaban con cariño sobre el legado del pontífice.

"Verlo sufrir duele", dijo Robert Pietro, un seminarista rumano que se encontraba en la oración y sostenía una pequeña vela perfumada en homenaje. "Pero también oramos en agradecimiento por lo que ha hecho por la Iglesia".

Roberto Allison, sacerdote de Guadalajara, comentó que los miembros de su comunidad se reunieron para mostrar su aprecio por "lo que hemos aprendido de él".

Deteniéndose para ofrecer bendiciones personales a algunos al final de la ceremonia, el cardenal Angelo Bagnasco dijo que la diversidad de la multitud —se podían escuchar muchos idiomas del mundo— era "una gran señal de consuelo" para la Iglesia católica.

El papa argentino, al que se le extirpó parte de un pulmón cuando era joven, está hospitalizado en el hospital Gemelli de Roma desde el 14 de febrero y los médicos han indicado que su condición es incierta, dada su edad, fragilidad y enfermedad pulmonar preexistente.

Sin embargo, en su reporte del lunes dijeron que no había tenido más crisis respiratorias desde el sábado, y que si bien seguía recibiendo oxígeno suplementario, se habían reducido ligeramente el flujo y la concentración.

Un par de turistas católicos de Chicago, que llegaron sosteniendo paraguas mucho antes de que comenzara el servicio, dijeron que oraron por el papa en la misa diaria más temprano en la basílica de San Pedro y decidieron regresar. Al igual que muchos, les resultó "difícil procesar" que podrían estar en Roma durante los últimos días de Francisco.

"Nadie sabe el día y la hora, pero sigue siendo un momento histórico", dijo Edward Burjek.

Lo mismo sintió Hatzumi Villanueva, de Perú. Ella tenía un cariño particular por el fallecido papa san Juan Pablo II, pero dijo que Francisco, como el primer papa latinoamericano, "se no acerca más".

"Hemos venido para orar para el papa, para que se recupere pronto, por la gran misión que está impartiendo, un mensaje de paz", dijo Villanueva, quien alabó su empatía por los migrantes.

Fuera del Vaticano, romanos, peregrinos e incluso no católicos dijeron que ofrecían oraciones especiales por el papa hospitalizado.

"Todos estamos apenados", dijo Raniero Mancinelli, quien ha confeccionado ropa ceremonial para Francisco y los dos papas anteriores en su tienda justo fuera de las murallas del Vaticano.

Elisabetta Zumbo llevó una cruz de metro y medio de largo por una sección acordonada de la calle que conduce a San Pedro mientras se preparaba para liderar un grupo de 34 peregrinos de la ciudad italiana de Piacenza. Bajo la lluvia, prometió que su grupo oraría intensamente por el papa.

"Hay mucha emoción y mucha tristeza", dijo Zumbo.

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