Donald Trump, presidente de Estados Unidos y Keir Starmer, primer ministro del Reino Unido, se reunieron durante los últimos días para hablar de varios temas entre los cuales, la invasión rusa en Ucrania, la paz en Europa y los recientes aranceles que imponen Trump y su Administración a la gran mayoría de los países con los cuales hace comercio.Este 27 de febrero, ambos hombres charlaron juntos en la Casa Blanca en Washington antes de presentarse frente a los periodistas para responder a las múltiples cuestiones de la audiencia.Desde el inicio de su segundo mandato, el presidente Trump anunció numerosos nuevos aranceles a todos sus colaboradores comerciales. Estos aranceles impactan a todos los productos que entran en territorio estadounidense. Para el cuadragésimo séptimo presidente de la primera potencia mundial, “injusticias” comerciales, financieras y económicas existen entre su país y el resto del mundo, tomando en cuenta que los Estados Unidos importan más de lo que exportan.Tras su reunión con el primer ministro miembro del partido laborista (Labour Party en inglés), Donald Trump, fue cuestionado por varios periodistas para saber si Starmer ha logrado convencerlo de no imponer aranceles a los productos británicos. Trump dijo “¡Lo intentó! (…) Trabajó duro”, lo que hizo reír a la gente presente en la audiencia y a su homólogo británico. A esta declaración, el presidente de Estados Unidos agregó “¡Se ha ganado su sueldo!”, diciendo que fue “receptivo” a sus esfuerzos.Durante la conferencia de prensa, Trump continuó diciendo: “creo que hay muchas posibilidades de que entre dos grandes países amigos celebremos un auténtico acuerdo comercial en el que no sean necesarios los derechos de aduana”. “Vamos a alcanzar un acuerdo comercial muy bueno para nuestros dos países”, había dicho unos minutos antes. Según el presidente estadounidense, este acuerdo mutuamente benéfico podría ocurrir de manera “bastante rápida”. En respuestas a las declaraciones de Donald Trump, Keir Starmer explicó que entre ambos países “la relación comercial no solo es sólida, sino también justa, equilibrada y recíproca”.De hecho, si existen varios desacuerdos entre los dos gobiernos sobre una multitud de temas, la Administración laborista, que se ocupa del poder desde las últimas elecciones legislativas en Reino Unido, trata de construir buenas relaciones con Trump y su equipo ejecutivo. Haciendo esto, Londres espera evitar los aranceles que Trump impone a todos sus socios comerciales, que sean sus vecinos como México o Canadá o que sea la Unión Europea que el Reino Unido ha dejado hace cinco años. El Estado británico se acercó lo más que pudo a los Estados Unidos después de haber perdido su acceso al mercado común europeo. Starmer asumió, en una entrevista en el Financial Time, que la ambición de Londres era “tener un acuerdo de algún tipo con Estados Unidos, un acuerdo comercial”. El riesgo para el poder británico es de asustar a Bruselas y la Unión Europea hablando de un “acuerdo comercial” con Estados Unidos y que, frente a esto, la comunidad europea considera que Londres tenga que elegir entre su socio comercial del otro lado del Atlántico y sus vecinos europeos. Las diferencias entre los enfoques reguladores de ambas partes del océano podrían hacer imposible la aplicación de los dos acuerdos.En su entrevista con el medio financiero, Starmer explicó su postura hacia Elon Musk, que actúa como mano derecha de Trump desde su victoria electoral en noviembre y que insultó varias veces al primer ministro británico. “Al final de los extremos, mi experiencia es que hay que centrarse en lo importante” y es más relevante para cumplir sus objetivos económicos, según el “ignorar el ruido de fondo”. * * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp * * *TS
