Desde tiempos remotos, los asteroides y meteoritos han desempeñado un papel crucial en la historia del planeta, desde la extinción de los dinosaurios hasta impactos más recientes como el de Cheliábinsk en 2013.A pesar de que la Tierra cuenta con una atmósfera protectora y sofisticados sistemas de detección, la posibilidad de una colisión significativa sigue siendo un tema de interés y análisis para la comunidad científica.En este escenario, el asteroide 2024 YR4 ha captado la atención de los expertos, ya que las proyecciones iniciales indican una posibilidad de impacto en las próximas décadas.Diseñada en 1995 por Richard P. Binzel del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), la escala de Turín clasifica la peligrosidad de los asteroides y meteoritos en un rango del 0 al 10.Un nivel 0 indica que no hay riesgo de impacto significativo, mientras que un nivel 10 representa una colisión inevitable con consecuencias catastróficas a nivel global.Este sistema también toma en cuenta la energía liberada en caso de impacto, medida en megatones. Para dar una referencia, un megatón equivale a un millón de toneladas de TNT, superando ampliamente la potencia de la bomba de Hiroshima, que tuvo una fuerza de 13 kilotones, según información de National Geographic.Recientemente, el asteroide 2024 YR4 ha sido objeto de estudio por parte de astrónomos. Con una clasificación de nivel 3 en la escala de Turín, la NASA estima que su probabilidad de impacto es del 2,3%, mientras que la Agencia Espacial Europea (ESA) la sitúa en un 2,27%. De confirmarse esta tendencia, el posible evento podría tener lugar el 22 de diciembre de 2032.Los cálculos preliminares sugieren que el asteroide tiene un diámetro estimado de entre 40 y 90 metros. Aunque el riesgo sigue siendo relativamente bajo, se considera un objeto de interés para la comunidad científica. En respuesta, la ESA ha implementado protocolos de observación dentro de la red de defensa planetaria con el objetivo de analizar con mayor precisión su trayectoria.La escala de Turín es una herramienta fundamental para que los científicos puedan evaluar y comunicar con precisión los riesgos asociados a los asteroides, evitando alarmismos innecesarios y facilitando la elaboración de estrategias de mitigación. Actualmente, los expertos coinciden en que no hay amenazas significativas para la Tierra en los próximos 100 años, lo que permite continuar con la exploración del espacio sin preocupaciones inmediatas.BB