INEGI dio a conocer el dato oportuno de la estimación del PIB de México para el segundo trimestre de este año. No, la economía no está en recesión. Pero si sufre un anémico crecimiento. La presidenta celebra que la economía no está en números negativos y que crecemos un 0.7 por ciento a tasa trimestral y un 1.2 a tasa anual.Ahora celebran como símbolo de una “economía sólida y fuerte” un triste crecimiento del 1.2 por ciento al año. Recordemos que en los tiempos previos a López Obrador, la economía ya traía una tasa de crecimiento que se consideraba baja para los requerimientos sociales del país: 2.5 por ciento promedio.Hoy, el gobierno celebra que el número no es negativo y que alanzamos menos de la mitad de lo que crecíamos en el “periodo neoliberal”.El crecimiento económico apenas si supera el crecimiento poblacional del 0.7 por ciento anual. Por lo que el ingreso promedio nacional apenas si se ha movido desde 2018. El crecimiento acumulado desde diciembre del 2018 hasta junio de este año alcanza el 6.5 por ciento. En estos 6 años y medio desde que llegó Morena al poder, el crecimiento promedio anda en 1.09 por ciento. En términos per-cápita todos estos años, el crecimiento promedio anual no llega ni al 0.4 por ciento.¿Y eso qué?, ¿si la economía mexicana no crece como antes qué importa?, si la gente está contenta y la popularidad de la presidenta se mantiene alta, ¿qué importa que la economía no crezca como antes?Pareciera que no pasa nada, pero no es así.Primero, una menor actividad económica se refleja en una variable clave: la creación de empleos formales. Es decir, el número de puestos de trabajo que crean las empresas privadas y que otorgan a sus trabajadores prestaciones y beneficios sociales, como ahorro para una pensión, acceso a crédito para vivienda, vacaciones pagadas y el acceso a los servicios de salud como el Seguro Social. Un trabajador en la informalidad simplemente no tiene nada de eso. Por lo que se considera un empleo de menor calidad para el nivel de vida de las personas.Y esa variable, el empleo formal, ha sido una de las más castigadas en estos años del Morenismo en México. En todo el sexenio de López Obrador, apenas creció un 9 por ciento. Mientras que en el sexenio de Peña Nieto, el empleo formal creció un 20 por ciento y en el de Felipe Calderón casi un 15 por ciento.En número absolutos, en los seis años de gobierno de AMLO se crearon la mitad de todos los empleos formales creados en el sexenio de Peña Nieto.¿Qué hace la gente si no encuentra oportunidades en la formalidad? Pues se va a la informalidad. Y eso es precisamente lo que ha venido pasando desde 2018: De acuerdo con datos de los Censos Económicos del INEGI, en 2018 el 62.6 por ciento de todas las empresas en México eran informales, en 2023 esa cifra ya alcanzaba el 64.3 por ciento. La contribución al empleo total en el país de parte de las unidades informales pasó del 18.9 en 2018 al 21.4 por ciento en 2023.La economía no crece y la gente se refugia en la informalidad. Una economía crecientemente informal, es una economía que contribuye muy poco al desarrollo nacional. Principalmente porque no se pagan impuestos, pero además porque sus trabajadores, no cuentan con ningún tipo de protección social.Poco a poco, la gente se acostumbra a que “es lo que hay” y la informalidad es la única forma de generar ingresos. El que la economía nacional se vaya convirtiendo poco a poquito en una economía de tianguis, no es bueno para nadie.En este modelo de entregar dinero en programas sociales sin criterios de necesidad, el gasto público se ve presionado a crecer de forma continua. Más gente cumple los 65 años, pero no más empresas formales se abren. El resultado es lo que hemos visto: el crecimiento sostenido de la deuda.¿Cuánto tiempo podrán seguir haciendo malabares con las finanzas públicas?