En tiempos recientes, la atención se ha centrado en la grave crisis de seguridad y violencia en la Región Altos Norte de Jalisco, que padecen en particular los habitantes de Teocaltiche, Encarnación de Díaz y Villa Hidalgo, por los continuos enfrentamientos entre sicarios de los cárteles Nueva Generación y el de Sinaloa, que se disputan el control de la zona.La última semana, los reflectores locales, nacionales e internacionales apuntaron a la Región Valles, en especial a Teuchitlán, por el hallazgo de un centro de adiestramiento criminal que podría tornarse también en un campo de exterminio por los más de mil 300 indicios, entre zapatos, ropa y mochilas, que encontraron madres buscadoras el pasado 5 de marzo, luego de que en septiembre ese mismo predio había quedado resguardado por la Fiscalía estatal.Este episodio, por el que hoy comparecerán los integrantes del Gabinete de Seguridad del Gobierno estatal en el Congreso, y en la CDMX el fiscal de la República, Alejandro Gertz Manero, confirmó a esa zona como cuna de las desapariciones que empezaron a visibilizarse en Tala, donde se encontraron los primeros campamentos de entrenamiento delictivo.Ahora toca hablar de los también periódicos sobresaltos violentos que ha padecido, durante más de una década, la población de la Región Ciénega, en los límites con Michoacán.El más reciente ocurrió la tarde-noche del domingo pasado, en el municipio de La Barca, Jalisco, cuando sicarios agredieron a miembros de la Guardia Nacional, y ya en territorio michoacano, emboscaron a un camión del Ejército Mexicano que iba en apoyo de los elementos de la GN. El saldo: seis militares y dos elementos de la GN muertos, en un desafío más de los grupos delincuenciales contra el Estado Mexicano.En el año 2013, en La Barca se encontraron varias fosas clandestinas de las que se exhumaron más de 70 cuerpos, convirtiéndose, en aquel entonces, en el más grande cementerio clandestino del país. Fuentes policiales comentaban en privado que no se hallaron más cuerpos porque se decidió ya no buscar y crecer un escándalo que también ya era internacional.En mayo de 2015, los focos rojos se prendieron nuevamente en la zona limítrofe de Jalisco y Michoacán, que ha estado por años permeada por grupos del crimen organizado y que se evidenció como nunca con la venganza policial ocurrida en el Rancho El Sol en Tanhuato, Michoacán, cuando se cobraron la vida de cinco elementos de la recién creada Gendarmería, asesinados dos meses antes en la cabecera municipal de Ocotlán, con la muerte de los “42 Guerreros” como los recuerdan sus familiares.Por cierto, mandos de la GN atribuyen a estas familias las manifestaciones que han realizado para demandar el cierre del cuartel de esta corporación de la Policial Federal.Esta nueva agresión delincuencial en La Barca habla de toda la resistencia que desplegarán los cárteles y sus capos si la Presidenta Claudia Sheinbaum, en parte por las presiones del gobierno de Estados Unidos, decide de verdad acabar con la Pax Narca que reinó el sexenio pasado.