El 9 de enero del año pasado la consultoría de asuntos públicos Integralia presentó el reporte titulado “Diez riesgos políticos para 2024”; nueve de ellos se cumplieron, menos el número 7 que se refiere a “conflictos poselectorales alimentados por las campañas polarizantes; por el intervencionismo del gobierno; por una violación abierta, continúa y simulada de reglas; por el arbitraje político inoportuno o débil; por la eficiencia operativa de los organismos electorales y por resultados cerrados que propician nerviosismo en los mercados”. El resto, como fueron “la captura de la Suprema Corte… las reformas constitucionales que afectan significativamente los contrapesos… los grupos criminales aprovechan la coyuntura para ampliar su control sobre los gobiernos… se acentúa el proceso de militarización… aprobación de un presupuesto que incumple con metas fiscales… aumento de la corrupción… y tensiones y divisiones en los partidos de oposición… ”, todas se cumplieron al pie de la letra. Pero el riesgo número 7 de la lista del año pasado, que pronosticaba: “Un triunfo electoral de Donald Trump deteriora la relación bilateral con Estados Unidos y coloca a México en una posición de vulnerabilidad (amenazas con aranceles, constantes ataques reputacionales, agravamiento de la crisis migratoria y presiones en material de seguridad)”, fue como “pintado” a la realidad que vivimos desde que Trump ganó la elección en noviembre pasado.Y esta semana, que se dan a conocer los “Diez riesgos políticos para 2025” el número uno es: “Regreso de Donald Trump, que tendrá un impacto significativo económico, migratorio y en materia de seguridad”. Y desde la noche del 5 de noviembre -al terminar la elección presidencial- Trump comenzó con su retahíla de amenazas en contra de México, empezando con los aranceles a las importaciones, las redadas masivas y hasta con “invadir” militarmente para acabar con el problema de las drogas, además de detener a los capos del narcotráfico, entre otras cosas. Como quien dice, los pronósticos de riesgos han empezado a cumplirse desde los primeros días del año, con la amenaza de que no se solucionaran “de la noche a la mañana”, por lo menos en lo que se refiere a Donald Trump, quien en 11 días estará asumiendo su segundo término en la Casa Blanca.Sobre el resto de riesgos para este año, Integralia, que dirige Luis Carlos Ugalde, quien fuera presidente del Instituto Federal Electoral (IFE) -hoy INE-, parece que no se equivocará, ya que habla de la “concentración de poder del partido hegemónico a nivel local y federal… el debilitamiento de América del Norte -por los conflictos que se crearán- entre Estados Unidos, Canadá y México… indefensión jurídica por la reforma judicial… incertidumbre por la nueva agenda reformista de Claudia Sheinbaum… reforma electoral que afecte la competencia libre y equitativa… se pausan proyectos de inversión en sectores claves como energético y telecomunicaciones… violencia en aumento… mala reforma fiscal… y proceso de degradación en gobiernos estatales y municipales”. Un pronóstico de muchos riesgos.¿Usted, qué opina?
