En la lona desde que perdieron la votación que dio la llamada supremacía constitucional al oficialismo morenista, con el sorpresivo voto del ministro Alberto Pérez Dayán, que creían suyo, las y los opositores en el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que preside aún Norma Piña, decidieron perder por default la última batalla que, sabían, no podía detener ya la Reforma Judicial.No se puede leer de otra manera que hubieran opuesto una resistencia mínima y sólo hayan pedido que no se impusieran las sanciones que pidió el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) contra los integrantes del Comité de Evaluación del Poder Judicial por no haber acatado su fallo de que reactivaran sus revisiones de los juzgadores aspirantes a ser ministros, magistrados y jueces en la elección de junio próximo.Por eso, la noche del martes, las y los cinco integrantes de ese cuerpo colegiado: Wilfrido Castañón, Emma Meza, Mónica González, María Emilia Molina y Luis Enrique Pereda, presentaron su renuncia “con carácter inmediato e irrevocable” por considerar “inviable la tarea constitucional que nos fue encomendada”. El Comité Evaluador había suspendido su trabajo desde el 7 de enero pasado porque así lo dictaba una resolución de un juez federal. Cuando el TEPJF descalificó esa suspensión, los integrantes de este cuerpo colegiado no acataron la orden del Tribunal Electoral y pidieron a la Corte que resolviera a quién hacerle caso, llamado que hasta el lunes por la noche nunca fue atendido.Este abandono al Comité de Evaluación del Poder Judicial, que la Presidenta Claudia Sheinbaum celebró ayer “porque ya no tenían trabajo qué hacer”, se dio luego de que el TEPJF resolvió que fuera el Comité de Evaluación del Poder Legislativo quien retomara los trabajos del Comité que desconocieron. Además que fuera el Senado de la República, por medio de una tómbola, el que seleccionara de entre los más de mil aspirantes a los que aparecerán en las boletas de votaciones.Si ocurriera una muy poco probable oposición de última hora de la presidenta de la SCJN o de alguno de los ministros opositores a la Reforma Judicial sería demasiado tarde, ya que ayer el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, advirtió que una vez seleccionados a las y los aspirantes finalistas por azar, no importará que en la Corte no estén de acuerdo, ya que su renuncia a seguir en el proceso se tomaría como una “afirmativa ficta”.Por donde se le vea, el desenlace de esta, que parece ser la última tensión entre la 4T y un muy disminuido Poder Judicial en retirada, es un nuevo avasallamiento del oficialismo morenista que sigue degradando un proceso que está lejos de garantizar que lleguen las y los mejores como ministros, magistrados y jueces.jbarrera4r@gmail.com