Las imágenes que se hicieron virales en las redes sociales esta semana, donde un par de individuos a bordo de una motocicleta se acercan a una tiendita en la Colonia Alamedas de Zalatitán, en el municipio de Tonalá, para obligarlas a comprar y luego vender cajetillas de cigarros de dudosa procedencia, sólo vinieron a confirmar cómo desde hace meses ha escalado este negocio de las bandas del crimen organizado.Dejó claro el modus operandi de este nuevo giro de las mafias, que siguen aumentando en el Área Metropolitana de Guadalajara y en el País su abanico de actividades criminales con el que diversifican sus fuentes de ingresos ilegales, más allá de la producción y el tráfico de estupefacientes.Desde mayo del año pasado, en la Ciudad de México el Consejo para el Desarrollo del Comercio en Pequeño y la Empresa Familiar (Concomercio) denunció que los dueños y trabajadores de tiendas de abarrotes de la esquina y otros pequeños negocios eran obligados por los cárteles a vender cigarros obtenidos en el mercado negro. En algunos casos se trataba de cajetillas originales robadas cuando eran trasladadas por carreteras de las tabaqueras a los grandes centros comerciales. Les obligan también a vender cigarros que no sólo no tienen la autorización de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), sino que están en la lista de marcas cuya distribución y venta están prohibidas por no cumplir con las reglas sanitarias mínimas. Porque su consumo es mucho más nocivo que las marcas debidamente reguladas por esta y otras autoridades gubernamentales.Este último era el tipo del tabaco que estaban obligando a comprar y vender en el pequeño tendejón de Alamedas de Zalatitán. Al igual que ocurre en otras partes del país, las mujeres comerciantes recibieron amenazas por negarse a recibir y comercializar ese producto ilegal.Pero como lo señalaba arriba, la venta de cigarros del mercado negro no es novedad en la metrópoli tapatía. Desde el año pasado al menos, por poner sólo un ejemplo, cada día es más visible la venta de cajetillas de este tipo de cigarrillos hasta por los vendedores ambulantes que a diario invaden los banquetones de la Calzada Independencia, sin que autoridad municipal, estatal o federal haga algo por evitarlo o para confiscar esos productos y sacarlos del mercado por las amenazas a la salud que representan.Por eso no es cosa menor que, luego de que se hicieron públicos los videos de la intimidación a las comerciantes de Tonalá, los policías de ese municipio hayan logrado la detención de uno de ellos.Lo que ahora deberán hacer autoridades estatales y federales es respaldar esta acción de la Policía tonalteca, dar seguimiento a lo que declare el detenido para dar con sus jefes y cómplices, evitar cualquier represalia a estos buenos elementos y seguir su ejemplo para acabar con este negocio mafioso, que atenta contra la salud de la población y de la seguridad de los pequeños comerciantes.jbarrera4r@gmail.com