Entre varios temas urgentes y de máximo interés nacional, perdidas en el océano de mensajes y fotografías que inundaron las redes sociales para referirse, por ejemplo, a la aplicación del 25% de aranceles al acero y aluminio mexicanos que se exportan a Estados Unidos, tuvieron unos segundos de vigencia varias fotografías que compartió el coordinador de los diputados de Morena en la Cámara Baja, Ricardo Monreal Ávila. En éstas, aparece junto a Andrés Manuel López Beltrán, el hijo del ex presidente AMLO, para anunciar que nuevamente se afilió a Morena.Aunque sonrientes, los dos políticos no alcanzan a lucir cómodos.Monreal Ávila sorteó con relativo éxito el sexenio pasado y como sobreviviente del obradorato, se ha convertido en uno de los personajes más influyentes del régimen actual. Su influencia en la Cámara de Diputados es tal, que al pasar entre los diputados de Morena, el Partido del Trabajo y el Verde, se “abren” y le reverencian como si Moisés cruzara nuevamente las aguas del Mar Rojo. La imagen se exagera, cierto, pero no es propia; así lo cuentan diputados de otras fracciones que aún a su pesar, saben que si no es voluntad de Monreal, no avanzarán en ningún sentido.“Andy” López Beltrán, secretario de Organización en Morena, es visto como el heredero del ex presidente.De su presencia silenciosa y su peso específico dentro del partido fundado por su padre, ya se ha dicho mucho. Entre las historias más repetidas está la preparación de su lanzamiento para la carrera presidencial del año 2030.Falta mucho para eso, o cuando menos se aprecia muy lejana la fecha.En tanto, López Beltrán se ha convertido en el rostro visible del proyecto que se anunció con bombo y ha quedado velado en la agenda mediática: la incorporación de 10 millones de afiliados a Morena, para hacer de éste el partido político más numeroso de América Latina y, definitivamente, uno de los más grandes del mundo.¿Ricardo Monreal no era militante de Morena? ¿Cómo entonces se había convertido en el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados? Parece una contradicción, pero si estatutariamente no había impedimento, sí rebela la naturaleza de los acuerdos políticos, totalmente pragmáticos, que se operan en el partido.Y al afiliarse nuevamente y anunciarlo junto a López Beltrán, envía un claro mensaje a sectores y liderazgos de Morena en todo el país. No se puede ignorar el enfrentamiento público que hubo entre él y el otro poderoso del Poder Legislativo, Adán Augusto López Hernández, coordinador de los senadores de Morena. Se reconciliaron, pero en política, se conoce desde siempre, las alianzas no perduran si el objetivo es el poder.En Jalisco, Ricardo Monreal ya operó cambios para que la coordinación de diputados federales quedara en manos de uno de sus cercanos, Alberto Maldonado Chavarín.El reto de afiliar a nuevos morenistas se le entregó al grupo político del doctor Carlos Lomelí. En principio, se había anunciado que Morena Jalisco afiliaría a un millón de nuevos militantes, y en los últimos conteos la cifra se redujo drásticamente a 500 mil afiliaciones, cifra que, de cualquier manera, parece inalcanzable.Están por aparecer los nuevos movimientos internos de un partido político que no tiene competencia a la vista.