El nuevo año entra a sólo 20 días de una de las mayores amenazas para la industria automotriz (entre otras): Donald Trump. El presidente que regresa a la silla luego de haber perdido un mandato -debido a su radicalismo- usó la receta de ser aún más radical para vencer las elecciones y su mano parece estar ansiosa para firmar muchas cosas que harán la vida más difícil para muchos -incluyendo a sus connacionales- desde el momento que se siente nuevamente en el lugar que más le gusta estar. Para Estados Unidos, de cumplir lo prometido, estará el problema de la desaparición del incentivo de siete mil 500 dólares para los vehículos eléctricos, que ha hecho que los que quieren uno anticipen su compra para ahora, pero también los aranceles de 25% a todos los productos importados de México y Canadá, una amenaza que puede producir no solo inflación en el país vecino, sino daños profundos en México.Los vehículos más afectados naturalmente serán los menos costosos a la venta en EU y estos, son hechos en México, como por ejemplo: Nissan Versa y Sentra, Kia K4, Volkswagen Taos, Jetta y Tiguan, Ford Bronco Sport y Maverick, estos últimos considerados caros para México, pero no para el vecino del norte. Pese a que no pueden transferir todo el costo para los consumidores, los precios de esos autos van a subir y cada punto porcentual que suban, implicará una baja de 0.87% en las ventas totales. El sitio especializado Edmund´s calcula que si hay un aumento de 15%, las ventas en Estados Unidos bajarán 13 por ciento.Los vehículos eléctricos, que ya tienen su crecimiento mucho menor a lo esperado, verán sus ventas desplomarse como está pasando en Europa, haciendo que toda la inversión que ha hecho la industria en esa dirección sea inútil y, contrario a lo que quiere el futuro presidente, facilitando el camino a los chinos -globalmente hablando- justo en el segmento de mercado en el que son más fuertes.Para México estos aranceles representan un problema con la producción, que disminuiría considerablemente, afectando empleos y frenando posibles nuevas inversiones en el sector. De nueva cuenta, facilitando la vida para los chinos que quieran instalarse aquí, no para exportar a la Unión Americana, pero para abastecer al mercado local y al de América Latina.Marcas como Stellantis pueden transferir la producción de algunas de sus fábricas a Estados Unidos para evitar las aranceles, pero no evitarían el mayor costo de producir allá, tampoco el de adaptar plantas existentes para hacer nuevos productos, sino porque el costo de mano de obra sería también considerablemente mayor.Otros directamente afectados son los proveedores, que se instalan junto a las fábricas para abastecerlas y tendrían que mudarse. Otra vez, el desempleo se muestra como una enorme nube negra en el horizonte mexicano.El gobierno mexicano puede tener como respuesta aplicar aranceles a los productos estadounidenses, no sólo los autos, lo que afectaría también la inflación, formando un nada deseable escenario de menor oferta de empleo con precios más elevados.Un punto muy importante es que imponer aranceles a los vehículos hechos en México también afecta a los empleos en Estados Unidos, ya que para que un auto goce de los beneficios del tratado comercial entre los tres países norteamericanos, es necesario que 75% de sus partes sean producidas en la región y al menos 40% donde se pague 16 dólares o más por hora a los trabajadores, es decir, deben estar hechas en Estados Unidos o Canadá. Si baja la producción aquí, baja la exportación de autopartes producidas allá.En su primer mandato, Trump amenazó con imponer 5% de arancel a los autos hechos en México, con la intención de llevar la producción a su país. Hoy amenaza imponer 25% si México no frena la migración y el envío de fentanilo. La primera vez todo quedó en la amenaza, que todos sabemos es parte de su forma de negociar. Esperemos que ahora las cosas vayan por el mismo rumbo ya que, como vimos, puede haber fuertes consecuencias también para su país.Pero Trump no es precisamente racional o predecible. Salirse con la suya puede ser tal vez más importante que hacer lo debido. Tradicionalmente se ha dicho que si a Estados Unidos le da gripa, a México le da pulmonía y en este caso, sería una muy fuerte. ¿Ya se imaginaron cómo estaría el tipo de cambio si el próximo día 20 los aranceles pasan a ser una realidad?oliveiraserg@gmail.com