Jueves, 26 de Diciembre 2024

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La respuesta de AMLO, ¿durante el desfile?

Por: Daniel Rodríguez

La respuesta de AMLO, ¿durante el desfile?

La respuesta de AMLO, ¿durante el desfile?

De acuerdo con la historia, el primer desfile militar en México -como país independiente- se celebró el 27 de septiembre de 1821 con motivo de la entrada del Ejército Trigarante en la capital mexicana, que era comandado por Agustin de Iturbide. Pero fue hasta 1935 cuando el presidente Lázaro Cárdenas del Río decretó que se realizarían de manera ininterrumpida -cada 16 de septiembre- hasta convertirse en toda una tradición. Y así ha sucedido hasta la fecha, sirviendo esa popularmente conocida ‘parada militar’, para mostrar la capacidad de los distintos ejércitos de que se compone la milicia -de tierra, armada y fuerza aérea-. Sirve el desfile para afianzar la identidad nacional, ensalzar los valores nacionales, sentimientos de unidad, además de recordar y reconocer a quienes lograron la independencia después de tres siglos de dominio por parte de España.

Bueno, pues en este marco -donde se muestra el poderío militar- el próximo 16 de septiembre, presidente López Obrador quiere dar respuesta a la activación de mecanismos del tratado de comercio (T-MEC) por parte de Estados Unidos y Canadá para la solución de controversias por la política energética de México. “Yo voy aprovechar para informar el día 16 de septiembre, el día de nuestra Independencia, sobre este asunto”, pero “no va a suceder nada, nada, porque nos necesitamos…pero no vamos a ceder porque es un asunto de principios, tiene que ver con nuestra soberanía”, dijo el presidente el fin de semana. Y después elevó el tono al señalar que “nosotros no vamos a dar un paso atrás, México es independiente, no es colonia de ningún país extranjero y el presidente de México no es un títere, no es un pelele de ningún gobierno del exterior…el patriotismo no se negocia”.

El presidente se ha ‘envalentonado’ innecesariamente, ya que lo que se está cuestionando es que aparentemente no se han respetado algunos capítulos del acuerdo comercial (T-MEC) que su mismo gobierno acordó discutió y firmó. Que se trata de un protocolo administrativo, que se lleva a la mesa de controversia entre todas las partes involucradas, entre personas civilizadas y que por la vía  diplomática se pueden llegar a nuevos acuerdos o arreglos para la satisfacción de todos los implicados. Habrá que ser muy idiota para no entenderlo de esa manera.

Sin embargo, la intención puede ser en otro sentido, que vaya dirigida para continuar con su incierto plan maestro de ‘cucar’ al vecino del norte, para llamar la atención, hacerse notar, y para de esa manera lograr obtener sus nocivas intenciones y oscuros objetivos, además de mantenernos muy distraídos.

Y cuando pensábamos que en el entorno del presidente habría un poco de mesura y una manera diferente de afrontar los grandes retos -como estas controversias-, una de las ‘corcholatas’, el secretario de la Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard, salió en defensa de su ‘jefe’ e hizo un llamado a cerrar filas -casi promoviendo una cruzada nacional- y respaldar al presidente en su posición frente a los reclamos de Estados Unidos y Canadá sobre los supuestos incumplientos en algunos capitulos del T-MEC, aunque no se trate de un asunto de soberanía nacional o que atente contra nuestra independencia.

Lo preocupante es que en tan simbólica fecha -próximo 16 de septiembre- qué mensaje se va enviar, qué se quiere demostrar, a dónde queremos llegar y cuáles serán las consecuencias al querer resolver un cuestionamiento de un contrato comercial, de manera irracional, con bravuconadas, desplantes, altanería, orgullo, soberbia y absurdas posturas. ¿Usted, qué opina?  

daniel.rodriguez@dbhub.net

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