Si un estafador llama al teléfono de 26 mil 500 personas, ¿cuántas caerán en el engaño? Esto sólo es posible con la operación de un “call center” del crimen como el desmantelado el 15 de enero en Guadalajara. Allí, la Fiscalía estatal halló 26 mil 500 números de teléfono de 21 ciudades del país, y busca a las víctimas.Pocos ilícitos han evolucionado con tanta sofisticación como el fraude. Jalisco es epicentro de estos “emprendimientos” del crimen.En el “call center” de Guadalajara decomisaron 53 libretas, 52 celulares y 29 diademas telefónicas. La Fiscalía detuvo a cinco por cohecho, pero una decena habría escapado.La autoridad estima que los operadores, jóvenes reclutados por redes sociales, cobraban cinco mil pesos semanales, pero vecinos aseguraron que ganaban el doble.(Uno de los arrestados murió asfixiado en circunstancias extrañas en el penal estatal de Puente Grande una semana después).Videos del interior muestran pintarrones con listados de nombres, montos y hasta un reglamento (“no fumar mota”; “no llevarse ni faltarse al respeto”; “no gorras”).Como una “start up” con estructura, metas y código de ética. Algo similar a lo hallado en el “call center” de Zapopan en 2022.Basta revisar la incidencia delictiva para confirmar el tamaño de este sector en Jalisco, el “Silicon Valley” de la estafa.El año pasado se registraron 10 mil 274 denuncias por fraude en el Estado, una cifra que aumentó 34% en él último sexenio (2019-2024) , según datos del Secretariado Ejecutivo Nacional.Prácticamente uno de cada cinco delitos patrimoniales (todo tipo de robo) cometidos en Jalisco es un fraude o extorsión.Si contamos sólo reportes al 089 (no todos denuncian), el año pasado se registraron 11 mil 884 llamadas para reportar un fraude o extorsión, según datos del Escudo Urbano C5. Es el ilícito más denunciado.Pasamos de criminales solitarios o bandas informales a “industrias creativas” para estafar a ciudadanos.Este es un delito perturbador para la víctima. Genera sentimientos de culpa y minusvalía porque uno entrega su información. La historia “Ruta de un fraude” que publiqué la semana pasada lo ejemplifica.Si la Fiscalía del Estado realmente castigara el fraude habría menos incentivos para industrializar su comisión.Hasta ahora, el desmantelamiento de estos “call center” ha sido producto de la casualidad más que de una investigación criminal.Por cierto, la autoridad estima que una de cada 10 llamadas de estafa tiene éxito. El mercado es inagotable en un país con casi 100 millones de usuarios de telefonía celular.