Jueves, 30 de Enero 2025
Ideas |

Sheinbaum y la pax narca

Por: Diego Petersen

Sheinbaum y la pax narca

Sheinbaum y la pax narca

Tratando de defender al indefendible del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, la Presidenta Claudia Sheinbaum hizo una de esas declaraciones de las que se arrepentirá mucho tiempo. Dijo que el origen de la violencia en Sinaloa es el secuestro y posterior detención del “Mayo” Zambada por parte de las autoridades estadounidenses, o lo que es lo mismo, que la paz de Sinaloa dependía esencialmente de un pacto entre familias de narcotraficantes y no de las acciones del Estado.

Es cierto, al “Mayo” Zambada lo detuvieron los vecinos del Norte sin avisar a las autoridades mexicanas. Tan cierto como que quienes lo entregaron fueron otros narcotraficantes confesos, los hijos del “Chapo” Guzmán. Y cierto es también que en México nadie lo perseguía. La reciente entrevista que hizo María Scherer Ibarra al capo sinaloense, casi 15 años después de la que le hizo su padre, Julio Scherer García (el texto de María, publicado en la revista Proceso hace dos semanas, es imperdible) demuestra entre otras cosas que si de algo estaba seguro el capo más longevo del narcotráfico mexicano es que nadie lo perseguía: seguía en el mismo domicilio que en 2010. Por si fuera poco, uno de sus guardaespaldas, José Rosario Heras López, desaparecido a raíz del secuestro, era un policía ministerial en activo de la Fiscalía de Sinaloa. El Estado mexicano no sólo no lo perseguía, lo protegía.

Se puede decir que el detonante de la reciente ola de violencia es la traición al “Mayo” por parte de “los Chapitos”, que acordaron entregarlo a las autoridades estadounidenses. Pero el origen de la violencia es mucho más profundo y hay que buscarlo en la impunidad y la complicidad que el capo tejió con los gobiernos de los últimos 20 años, desde Fox hasta López Obrador. Más aún, hasta hoy el Gobierno mexicano y la Fiscalía General de la República han sido incapaces de explicar qué fue lo que pasó, si el gobernador Rocha Moya estuvo implicado o no en el secuestro del “Mayo”, en el asesinato del diputado Héctor Cuén y la desaparición de dos personas que fungían como guardias de Zambada. No ha quedado claro si la coartada de Rocha Moya, quien dice que fue de ida y vuelta a Disneylandia, como quien va a la tienda de la esquina, en un avión privado un jueves laborable, es real. No lo sabemos porque nadie investiga nada.

Es cierto, el secuestro y detención en Estados Unidos del “Mayo” Zambada fue la gota que derramó la cloaca, pero es muy ingenuo y, sobre todo, falso, decir que ese es el origen de la violencia. La violencia en Sinaloa —al igual que en Jalisco, Tamaulipas, Baja California o Chihuahua— tiene raíces muy extendidas y profundas.

El peor error que podría cometer el Gobierno de Claudia Sheinbaum es buscar la restauración de la pax narca, una paz que depende de otros.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones