Desde el escándalo de Watergate -a principios de la década de los 70’s, que a la postre provocó la renuncia del expresidente Richard Nixon- no se habían presentado una renuncia masiva del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, como sucedió la semana pasada, cuando -hasta el viernes- siete los fiscales federales de Manhattan y Washington habían renunciado a sus cargos como protesta al retiro de cargos en contra del alcalde de Nueva York, Eric Adams, promovidos desde la cúpula de la administración de Donald Trump, ya que la orden la dio directamente la nueva Fiscal General Pam Bondi.El 26 de septiembre del año pasado -durante la administración de Joe Biden- el alcalde demócrata neoyorquino había sido acusado de cinco cargos relacionados con sobornos, fraude electrónico, conspiración y solicitud de contribuciones de campaña a ciudadanos extranjeros; acciones ilegales que se remontaban desde 2014, cuando era presidente del Distrito de Brooklyn. Sin embargo, con la llegada de Donald Trump a la presidencia y sus planes de llevar a cabo sus masivas redadas en contra de los migrantes sin documentos, Nueva York, como “ciudad santuario” -donde se limita la cooperación con las autoridades federales de inmigracion- era un obstáculo para la Casa Blanca. Y “causalmente” en los cargos en contra del alcalde Eric Adams se encontró la “llave” para abrir la puerta a la “colaboración”, con el “Quid pro quo” -”Algo por algo” o “Una cosa por otra”-, por lo que el lunes pasado el Departamento de Justicia ordenó que se desestimaran los cargos “sin perjuicio” -que permitiría en el futuro restablecer los cargos en cualquier momento, si dejara de cooperar con la nueva política migratoria- y “sin evaluar la solidez de la evidencia”, bajo el argumento que había que “cumplir los objetivos de imigracion del presidente Trump, además de restringir indebidamente la capacidad del alcalde Adams para dedicar toda su atención y recursos a la inmigracion ilegal y los delitos violentos” ¡De ese tamaño la justificación!El viernes, Hagan Scotten, el último fiscal en renunciar, dijo que desestimar los cargos al alcalde Nueva York “solo lo hace un tonto o un cobarde”, ademas de advertir que es un procedimiento “impresionante y peligroso”.Lo que fue el descaro dentro de la “turbulencia” política que el asunto ha provocado, fue el hecho que el alcalde Eric Adams apareciera ese mismo día sentado junto a Tom Homan -el Zar de la frontera- en un programa de la cadena Fox News -principal medio que apoya a Trump- hablando de la “colaboración” de la ciudad de Nueva York con las autoridades migratorias. La controversia ha llegado hasta la oficina de la gobernadora del estado, Kathy Hochul, donde “alarmados” líderes cívicos y funcionarios electos, que han denunciado “un acuerdo corrupto para protegerlo”, invocan a su autoridad para destituir a Adams del cargo.El tema -que podríamos denominar Adamsgate, por la masiva renuncia de fiscales y la posible destitución del involucrado- va para largo y muchos se sorprenden que esto suceda en Estados Unidos. Sin embargo el asunto solo viene a comprobar que “Donde quiera se cuecen habas”.Usted, ¿qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net