Que algunos clérigos, velada o abiertamente, incursionen en la política, no es un fenómeno novedoso. Quizás el cardenal Richelieu (consagrado obispo en 1607, erigido secretario de Estado en 1616, cardenal en 1622, y primer ministro del rey Luis XIII de Francia en 1624) sea, históricamente, el caso más notorio.En América Latina descuellan los casos de Camilo Torres (sacerdote colombiano, pionero de la Teología de la Liberación, quien sostenía que “la Revolución no solamente es permitida sino obligatoria para los cristianos que vean en ella la única manera eficaz de realizar el amor para todos”); Fernando Lugo (obispo paraguayo que, reducido al estado laical, fue presidente de su país de 2008 a 2012), y Ernesto Cardenal (defensor de la Teología de la Liberación y Ministro de Cultura del gobierno surgido de la Revolución nicaragüense, de 1979 a 1987).-II-Sin dejar de recordar que dos sacerdotes (Hidalgo y Morelos) fueron protagonistas del movimiento insurgente que culminó con la Independencia de México, en años recientes se han inscrito en el terreno de la anécdota los casos de sacerdotes que han tenido alguna relación con la política. Verbigracia, el arzobispo Luis María Martínez, quien alternaba con el entonces Presidente Ruiz Cortines en partidas de dominó, o, actualmente, el padre Alejandro Solalinde, vinculado a grupos defensores de los migrantes y simpatizante declarado del Presidente López Obrador.A la lista se suma -y esa es la noticia- Onésimo Cepeda, obispo emérito (ex obispo, pues) de Ecatepec desde 2012, postulado por Fuerza por México como candidato a diputado local por el Distrito 21 del Estado de México, y quien expuso entre sus motivos para aceptar dicha postulación, estar “harto de tanto pen… que gobierna, y -‘modestia aparte’, le faltó decir- México se merece algo mejor”.-III-Hasta donde se sabe, una cosa es que Cepeda ya no sea obispo… y otra que ya no sea “ministro de culto religioso”. Una cosa es que conserve el derecho a votar, como los demás clérigos… y otra que cumpla con las condiciones previstas en el Artículo 40 de la Constitución para ser votado.El dirigente nacional de Fuerza por México, Gerardo Islas, se equivoca, pues, al afirmar que Cepeda puede ser, legalmente, candidato a un cargo de elección popular… al margen de que su historial -muchos de cuyos pasajes son del dominio público y ocasionalmente han sido escandalosos- lo retrata más como un “bon vivant” que como un cristiano que se desvive de amor al prójimo.