Lunes, 14 de Abril 2025

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¿Por qué algunas personas duermen con la puerta de la habitación cerrada?

Cada persona tiene su propia razón para hacerlo, y entender estos motivos puede ayudar a comprender mejor las preferencias individuales

Por: Brenda Barragán

Cerrar la puerta de la habitación al dormir no es solo una costumbre sin importancia, sino que puede estar vinculado a la seguridad, privacidad, control del entorno y factores emocionales.  CANVA

Cerrar la puerta de la habitación al dormir no es solo una costumbre sin importancia, sino que puede estar vinculado a la seguridad, privacidad, control del entorno y factores emocionales. CANVA

El hábito de cerrar la puerta del dormitorio al dormir puede parecer una simple preferencia, pero en realidad puede estar relacionado con diferentes factores psicológicos, emocionales y de seguridad. Para algunas personas, esta acción es un requisito indispensable para conciliar el sueño y sentirse cómodas en su espacio de descanso.

1.- Seguridad y protección

Uno de los motivos más comunes por los que alguien cierra la puerta de su habitación al dormir es la sensación de seguridad. El ser humano, por instinto, busca protegerse de posibles amenazas. Aunque en la actualidad los peligros dentro del hogar suelen ser mínimos, cerrar la puerta puede proporcionar una barrera psicológica que reduce la vulnerabilidad ante ruidos, intrusos o cualquier evento inesperado.

Además, desde el punto de vista práctico, cerrar la puerta puede ayudar en casos de emergencia, como incendios, ya que puede ralentizar la propagación del humo y las llamas, ofreciendo más tiempo para reaccionar.

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2.- Necesidad de privacidad

Para muchas personas, el dormitorio es su refugio personal, un espacio donde pueden relajarse sin interrupciones. Cerrar la puerta al dormir puede ser una forma de establecer un límite entre el mundo exterior y su espacio íntimo.

En hogares compartidos, ya sea con familia o compañeros de vivienda, esta acción puede representar la necesidad de independencia y autonomía. También puede ser una costumbre arraigada desde la infancia, especialmente si se creció en un entorno donde la privacidad era valorada.

3.- Control del entorno

El ambiente en el que dormimos influye directamente en la calidad del sueño. Cerrar la puerta puede ayudar a:

  • Reducir ruidos externos, como conversaciones, televisión o sonidos de la calle.
  • Mantener la temperatura ideal, evitando corrientes de aire que puedan afectar el confort.
  • Oscurecer la habitación, especialmente si fuera hay luces que pueden interferir con el descanso.

Las personas que son sensibles a estos factores suelen cerrar la puerta como una estrategia para mejorar la calidad de su sueño.

4.- Factores psicológicos y emocionales

Cerrar la puerta puede estar relacionado con la personalidad y la salud mental de una persona. Aquellos que son más introvertidos o ansiosos pueden encontrar consuelo en tener un espacio bien delimitado. Para algunas personas con trastornos de ansiedad o estrés postraumático, dormir con la puerta cerrada puede generar una sensación de control y protección, reduciendo la angustia nocturna.

Por otro lado, quienes han experimentado traumas en el pasado pueden desarrollar este hábito como una medida de autoprotección. En estos casos, cerrar la puerta puede representar una barrera simbólica contra situaciones de peligro.

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5.- Costumbre y crianza

Las costumbres adquiridas en la infancia juegan un papel fundamental en nuestros hábitos adultos. Algunas personas crecen en hogares donde cerrar la puerta al dormir es una norma, ya sea por razones de seguridad, cultura o simplemente porque así se sentían más cómodas.

Por otro lado, quienes crecieron en entornos donde se dormía con la puerta abierta pueden no desarrollar esta necesidad. Todo depende del contexto y las experiencias de cada persona.

Cerrar la puerta de la habitación al dormir no es solo una costumbre sin importancia, sino que puede estar vinculado a la seguridad, privacidad, control del entorno y factores emocionales. Cada persona tiene su propia razón para hacerlo, y entender estos motivos puede ayudar a comprender mejor las preferencias individuales y la forma en que cada uno construye su espacio de descanso ideal.

BB

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