El sudor, el contacto con superficies públicas y la sensación de incomodidad pueden ser motivos para aumentar la frecuencia del aseo. Es por eso que hay personas que llegan a tomar tres o más baños al día.Esta no es la mejor práctica, ya que un exceso de duchas puede generar problemas de salud en la piel, según los especialistas dermatológicos. Se aconseja tener una rutina de aseo personal moderada, según las actividades de cada persona.El hábito de bañarse con agua caliente más de una vez al día puede alterar el equilibrio natural de la piel, aumentando el riesgo de resequedad o enfermedades dermatológicas.La piel está protegida por una capa de microorganismos que ayudan a mantener la hidratación y a prevenir infecciones. Sin embargo, el exceso de higiene puede eliminar estos componentes y debilitar al conjunto de bacterias que actúan como defensa, según explica la Academia Estadounidense de Dermatología.La exposición continua al agua caliente y a productos con químicos agresivos puede agravar la inflamación y el picor en la piel, por lo que no es bueno alargar el tiempo de baño. Lo mejor es que el tiempo bajo la regadera sea de entre 5 y 10 minutos con agua tibia o fría, según explica Mayo Clinic.Además, es importante utilizar jabones suaves y aplicar crema hidratante en el cuerpo inmediatamente después de secarse, para así ayudar a restaurar la protección natural de la piel.El uso de toallitas húmedas sin alcohol permite limpiar la piel durante el día sin eliminar los aceites naturales. Otra opción es lavar áreas específicas con un jabón suave y agua tibia, como alternativas para mantenerte limpio sin necesidad de bañarte más de una vez.MBV