Con la llegada del otoño y del invierno, las temperaturas han descendido considerablemente en varias regiones del país. Cada año, cuando pasa esto, también incrementan las infecciones respiratorias entre la población, provocando desde un resfriado común hasta influenza o neumonía. De acuerdo con la página del Gobierno de México, la sintomatología de la influenza estacional desaparece en una semana para la mayoría de las personas, aunque la tos y otros malestares pueden persistir durante más tiempo. Sabemos que es muy molesto tratar de descansar cuando se tiene tos e irritación en la garganta, por eso te compartimos los mejores remedios caseros para aliviar la tos nocturna. Probablemente ya has escuchado de este remedio, pues es muy utilizado por nuestras mamás y abuelas. La miel contiene propiedades antisépticas y antibióticas que pueden ayudar a aliviar la picazón en la garganta en caso de tener tos seca, y también es útil para combatir la mucosidad en caso de presentar tos con flemas. Para prepararla, solo tienes que tomar el té de tu preferencia y mezclarlo con una o dos cucharadas de miel, el efecto calmante aliviará las molestias al instante. Los expertos recomiendan el uso de agua con sal para combatir las bacterias de cualquier virus o infección, reducir el dolor y diluir la mucosidad que se produce en la garganta cuando estás enfermo. Del mismo modo, el agua tibia también ayuda a aliviar la irritación que puede causar la tos. Para tomarla, solo necesitas mezclar media cucharadita de sal en una taza de agua tibia, revolver bien y hacer gárgaras antes de dormir para descansar mejor. Esta planta posee propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a relajar las membranas de las vías respiratorias, disminuyendo la tos. Puedes añadir un pedacito de jengibre para hacer una infusión o comprar un té de los que venden hechos en bolsitas. Si el sabor te parece muy fuerte, puedes añadir miel o unas gotitas de limón. La cebolla es un gran aliado para combatir la tos, y se puede utilizar en diferentes presentaciones. La primera opción es cortar la cebolla a la mitad y dejarla en el buró, mesa de noche o cerca de la cama. De esta manera, la verdura liberará su aroma, rico en polifenoles, y al entrar con el aire evitará que se repita con tanta frecuencia la tos y ayudará a descongestionar la nariz. La segunda opción es preparar un jarabe de cebolla y miel. Para esto, solo necesitas hervir durante 15 minutos una cebolla en pedacitos y dejarla enfriar toda la noche junto con un par de cucharaditas de miel. Por la mañana, solo debes colar el agua para eliminar los pedazos de cebolla y listo. Si no te agrada el sabor de la miel, también puedes crear un jarabe de cebolla y limón licuando los dos ingredientes hasta que queden líquidos. Ambas opciones aportarán un gran alivio a tu garganta. CM
