Desde las 5:00 de la mañana, una hora y media antes de que comenzara la carrera, la Glorieta Minerva ya rebosaba. Unos desayunaban un plátano, otros calentaban y unos más se dedicaban besos, miradas y abrazos antes de sumarse al contingente que habría de recorrer la ciudad por sus arterias emblemáticas. Primero salieron los paratletas, seguidos de los atletas de élite. Y, en tres bloques homogéneos en punto de las 6:36 horas, partieron los corredores recreativos y la Minerva vibró. Adornado con fuegos artificiales, el cielo, aún oscuro, se iluminó para dar el banderazo de salida para los 21 mil participantes de la 39° del Medio Maratón Internacional Guadalajara Electrolit 2025, en el marco de los festejos por el 483 aniversario de la ciudad. Formados sobre avenida Vallarta para comenzar a recorrer los 21 kilómetros del Maratón, los corredores tenían de frente el conteo regresivo que marcaba el inicio. 10, 9, 8, 7… y a sus espaldas, la guardiana de la capital, ataviada con halos de luz que colgaban de su vestido, los despidió, a la espera de su regreso.El primero en cruzar la meta fue el paratleta Gonzalo Valdovinos, que tuvo un tiempo de 52 minutos y 16 segundos, seguido de José Alan Frías con 54:10 y Fidel Aguilar con 57:27. Ellos formaron el podio en la categoría varonil. En tanto, Yeni Aide Hernández se llevó el primer lugar en la categoría femenil con una hora con cinco minutos y 43 segundos, seguida de Ivonne Reyes con 1:06:33 y Leticia Sánchez con 1:18:25. Ya amanecía. Los corredores de élite, por su parte, lideraron sin mayores dificultades el Maratón. Los 10 clasificados corrían en un bloque compacto, sin embargo, conforme se fueron acercando a la Minerva, los mejores marcaron distancia, aunque al final el podio se decidió por cuestión de segundos. Tadu Abate se llevó el primer lugar con un tiempo de 1:02:02. Sólo cuatro segundos después llegó Rhonzas Kilimo, seguido de Justus Kangogo, quien se quedó con el tercer lugar. El sol ya arreciaba y el calor, ingrato, ya parecía hacer estragos en los corredores, que llegaron empapados en sudor. En la categoría de mujeres, Judy Kemboi ganó el primer lugar con un tiempo de 1:07:45. Atrás de ella llegaron Helah Kiprop con 1:10:23 y Janet Gichumbi 1:11:46, quienes completaron el podio. El gobernador Pablo Lemus también corrió al lado de otros competidores. Hizo un tiempo dos horas y tres minutos. Aunque a su llegada lucía exhausto, celebró que terminó la carrera y, agregó, “tuve el honor de poder hacer historia, pues soy el primer gobernador en correr un medio maratón. Lo corrimos bien, lo corrimos en dos horas tres minutos, menos de seis minutos por kilómetro”. Pero las felicitaciones se las llevaron Luis Fernando y Elizabeth, quienes se comprometieron al cruzar la meta. Ella, un paso adelante, tratando de tomar aire; él, un paso atrás, limpiándose el sudor de la frente. De la bolsa de su short sacó una caja pequeña color rojo y, sin pensarlo, la tomó del brazo y, antes de que su futura esposa pudiera reaccionar, se hincó en una rodilla. “¿Te quieres casar conmigo?” “¡Sí!”, dijo ella ante los espectadores que gritaban “beso, beso, beso”. Al final, sí se fundieron en un beso.“Era su sueño. Cuando éramos novios siempre me decía: ‘ojalá me pidan matrimonio en una carrera’. Y se le concedió”, explicó Luis Fernando. En tanto, Elizabeth, aún exhausta, lo miraba de reojo y esbozaba una leve sonrisa, mientras acariciaba el anillo que ya llevaba puesto en el dedo que dirige al corazón. En tanto, para José Luis esta fue su última carrera. Cruzó la meta cerca de las 10:00 horas y frente a la Minerva, con el sol de frente, dijo que su rodilla ya no da para más. Hizo un tiempo de tres horas, el peor desde que comenzó a participar en el Maratón, en 2010.“Ahora mi rodilla no me ayuda nada, pero lo importante es salir, esa es la mentalidad. La llegada como sea, rodando, a gatas, de rodillas, renqueando, pero llegar; terminar la carrera”, mencionó. Mientras que para León, de 12 años de edad, este fue su primer Maratón. Corrió al lado de su papá, David, y aunque dijo que el recorrido fue bastante pesado, no descarta volver a participar en otra carrera en próximos años.“Estuvo cansado, pero no hay que rendirse. La Glorieta de los Niños Héroes fue la parte más pesada, porque ahí se sentía más cansancio y todavía faltaba la mitad”, lamentó, aún recuperando el aliento. Después de las 10:30 llegaron los últimos corredores. Algunos con el rostro desvanecido, otros todavía joviales y alegres, pero todos, al cruzar la meta, alzaron los ojos al cielo. Unos agradecieron haber terminado el Maratón, mas otros cuantos miraron las escasas nubes y, como si todo a su alrededor dejara de existir, cerraron los párpados, suspiraron hasta que sus pulmones casi salían de su pecho y se quedaron plantados sobre el asfalto de avenida Vallarta, frente, otra vez, a la Minerva. Y el sol, ingrato, les pegaba en la cara.* * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp * * *MB