Domingo, 10 de Noviembre 2024

Una historia sacada del patibulario

El escritor Jorge Volpi toma como referencia el caso de Florence Cassez e Israel Vallarta para crear un mundo lleno de paralelismos con "Una novela criminal"

Por: Ruth Romero

Jorge Volpi. El autor se presentó en el Festival Letras en Tepic; anteriormente trajo su libro “Una novela criminal” a la FIL de Guadalajara.

Jorge Volpi. El autor se presentó en el Festival Letras en Tepic; anteriormente trajo su libro “Una novela criminal” a la FIL de Guadalajara.

Ganadora del Premio Alfaguara 2018, “Una novela criminal” de Jorge Volpi se adentra en el caso de Florence Cassez e Israel Vallarta, aunque para el autor, este hecho guarda paralelismos con muchos otros que suceden en México, por ejemplo, con el de Ayotzinapa. “Yo iba escribiendo este libro mientras ocurría lo de Ayotzinapa, me fui dando cuenta de la enorme cantidad de paralelismos, a diferencia de lo que debería ocurrir en cualquier sistema judicial que funcione, parecería que en ambos casos hay una verdad establecida de antemano por la autoridad, y en vez de investigar, de llegar a la verdad, se hace una investigación falsa para que se apuntale la versión que desde el origen tiene la autoridad”, afirma Volpi.

La manipulación de las pruebas, la tortura de los implicados, la presión política sobre las autoridades son las similitudes constantes que el autor encuentra entre el caso que investigaba para convertir en novela y los hechos que ocurrían simultáneamente en el país.

La verdad sepultada

Jorge Volpi emprendió la aventura de relatar el caso ocurrido en diciembre del 2005 con el entusiasmo de convertirse en una especie de detective. “Lo primero que hice fue leer el expediente del caso, 25 mil folios que tuve la paciencia de revisar, tenía en ese primer momento la ingenuidad de escribir una novela policiaca en la que yo era el detective que encontraría la verdad”.

El golpe con la realidad conforme avanzó la lectura del expediente fue inminente: no podría encontrar la verdad. “Me di cuenta de la infinita cantidad de mentiras en el mismo expediente, es decir, éste servía para ocultar la verdad. Al final, me di cuenta que esa novela que me imaginé era imposible porque la verdad fue sepultada por las mismas personas que debieron buscarla”.

Así, el autor cambió de rumbo, abandonó la lupa y la gabardina y trató “de encontrar algunos de los posibles escenarios reales de lo ocurrido, pero es imposible saberlo del todo. Es imposible saber la verdad”.

Si bien no está seguro de haber encontrado el objeto de su búsqueda originaria, sí descubrió el disfuncionamiento del sistema de justicia, y lo convirtió en el centro de la obra narrativa; sistema que “está mal diseñado, no solo no se cumplen las leyes, están diseñadas para proteger a los poderosos, mal implementado en la parte penal y la corrupción alcanza todos los niveles y garantiza la impunidad”.

La actualidad del caso es un mexicano, Israel Vallarta, que lleva 13 años en prisión preventiva, “sin sentencia de primera instancia”; mientras Cassez, de nacionalidad francesa, fue liberada y vive en Francia. “Sin duda la corrupción que el gobierno actual intenta combatir, no es lo único, el sistema es muy ineficaz”.

La ficción de las autoridades

El autor escogió el caso de Cassez entre muchos otros, “en México tenemos una infinita cantidad de casos que no se han resuelto, precisamente porque la impunidad en el país es tan grande que no sabemos la verdad de muchísimas cosas, por supuesto que está la oportunidad de que periodistas, escritores, abogados tratasen de investigar alguno de estos casos para intentar encontrar otras verdades que el sistema de justicia no nos está dando”.

Él se inclinó por la historia de una pareja de secuestradores, porque desde que las principales televisoras de aquella época transmitieron en vivo el movimiento policiaco para la captura de los presuntos secuestradores (que después se supo la farsa del evento), se inmiscuyó de pleno en el tema.

“Lo fui siguiendo, me parecía que ese micro cosmos permitía mostrar claramente cómo funciona el sistema de justicia mexicano, por supuesto que hay muchos otros casos que me gustaría investigar, creo que hay que hacer esto con Tlatlaya, San Fernando, desde luego con Ayotzinapa”.

Sin embargo, lo cautivó “este caso sumamente polémico y muy interesante desde diversos puntos de vista: desde el humano, el jurídico, el diplomático porque genera un conflicto entre México y Francia. Es un caso lleno de mentiras, montajes, muestra los peores lados de nuestro sistema de justicia en el que se ve claramente cómo se manipula un expediente, a los testigos”.

Además, a estos ingredientes le añade la “historia de amor” entre el mexicano y la francesa, “por lo que me pareció una historia que debía ser contada. Y pensé que debía ser contada así, sin ficción, sin añadirle más ficción a lo que ya había ahí. La ficción la pone las autoridades en esta novela”, concluye.

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