La autora Irene Vallejo, originaria de Zaragoza, España, está de nueva cuenta en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) para presentar la adaptación gráfica de su obra “El infinito en un junco”, el cual ha sido considerado como el mejor libro del siglo XXI según una publicación española que hace un recuento de las obras más destacadas por autores españoles en el periodo del 2000 al 2024.A propósito de este lanzamiento, EL INFORMADOR conversó con la escritora. “Para mí (esta aventura) es una traducción más, un experimento en otro lenguaje y una forma de apertura y de mano tendida a lectores a quienes un ensayo de 500 páginas resulta un poco intimidatorio, además, creo que no le hemos rendido homenaje al papel que ha tenido el cómic en la iniciación a la lectura de mucha gente. En el origen emocional del amor a los libros, para muchos de nosotros, incluida yo, están las historietas, los cómics, las tiras y las novelas gráficas”.Señala que una obra así es una invitación desenfadada y sin pretensiones para invitar a la gente joven a la lectura, además de quienes no lo son tanto, “porque las novelas gráficas son para todo el mundo Además, aquí la parte experimental es adaptar un ensayo en este formato, el cual está pensado más para la narrativa”, expresa Irene en referencia a “El infinito en un junco” el cual reconstruye momentos y lugares de la historia ya desaparecidos, como la Biblioteca de Alejandría.“Y creo que el hecho de que esté dibujada hace que nos podamos imaginar casi como que paseáramos por sus pasillos y sus patios, deslizándonos a esas atmósferas y lugares, pues creo que la sensación de viaje se hace más poderosa con todas las imágenes que además están muy bien cuidadas desde el punto de vista arqueológico para que respondan realmente a lo que fueron aquellas bibliotecas, como era la Atenas clásica y el mundo romano, así también cómo eran los libros en aquella época, así que (lo gráfico) añade una dimensión más, no hay que imaginarlo, sino que ya encuentras todas esas imágenes elaboradas a disposición”. El creativo Tyto Alba es el encargado de la ilustración, quien se metió de lleno en la creación de la obra desde la parte visual, realizando cada dibujo de manera artesanal.“Además, esto (proyecto) es una forma más de revisitar el ensayo unos años después de haberlo escrito, de una manera más humorística, con más libertad en el sentido de intensificar la ironía y la irreverencia. Es divertido porque hay recursos que tiene este ensayo gráfico que no ofrece la literatura”.La autora resalta que aunque se diga que cada vez más la gente lee menos, ella se sorprende de que en las grandes ferias internacionales como la FIL, “hay una presencia muy clara de gente joven, con muchas actividades destinadas al público infantil. Pienso que hay razones para el optimismo, que sin bien es cierto que la gente que leemos nunca ha sido una mayoría social en ninguna época de la historia, quizá ahora somos una minoría más numerosa que nunca”, se sorprende por ejemplo de los clubes de lectura, de gente que se reúne para leer y compartir sus opiniones. “La sensación de formar parte de una comunidad es más fuerte ahora que incluso antes de la pandemia o los confinamientos”.Los libros son metamorfosis, expresa. “Desde su invención no han dejado de cambiar, si hay algo que ha demostrado ser capaz de todas las transformaciones posibles, son los libros, desde las tablillas sumerias que se parecen a nuestras tabletas de ahora, así como el rollo de papiro, al códice y pergamino, después el papel y los libros electrónicos”.Sobre si ya tiene en mente su siguiente libro, expresa Irene que tiene ideas de lo que sigue, sin embargo, con la gira de medios y presentaciones que ha estado haciendo es difícil buscarse el tiempo para comenzar a desarrollar algo en concreto, sin embargo, ella está fluyendo con lo que ahora mismo le está pasando, empapándose de otros aspectos que le sumen cuando llegue el momento. Porque además se está gozando el éxito que tiene ahora, pues recuerda que cuando hizo “El infinito en un junco” iba a dejarlo todo, sería lo último en lo que iba a incurrir para dedicarse a su familia, pues sabe que es difícil ser independiente y más cuando no tenía los contactos que son necesarios, pero todo fue un sorpresivo suceso y ahora recoge los frutos de todo lo que cosechó con anterioridad.Irene además está muy inspirada por las autoras latinoamericanas como Aver Barrera, Fernanda Melchor, Guadalupe Nettel y Cristina Rivera Garza, resaltando que han sido aire fresco para las autoras españolas como ella. Además, también está interesada en las lenguas del sur, en su difusión, entendiéndose que el habla inglesa domina mucho mercado, pero que el español, el italiano y el portugués también siguen su camino y ella celebra ese recorrido.* * * Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de Whatsapp * * *OB