Skármeta y sus cómplices

GUADALAJARA, JALISCO (03/DIC/2011).- Las letras, aquellos inquietos caracteres capaces de multiplicar las dimensiones de la vida, juegan con la realidad y la transforman. Entre sus travesuras, estos signos pícaros sacuden las emociones, desatan la imaginación y transfiguran el mundo íntimo del lector. Antonio Skármeta, escritor chileno originario de Antofagasta, ha hecho de las letras sus cómplices de vida. Después de realizar sus estudios de Filosofía en la Universidad de Chile, fue acreedor de una beca Fulbright para cursar su maestría en la Universidad de Columbia en Nueva York. Además de destacar como literato, fue embajador de Chile en Alemania del 2000 al 2003.

La sobresaliente trayectoria de Skármeta ha sido reconocida con distintos galardones, entre ellos los premios Casa de las Américas, UNESCO de Literatura Infantil y Juvenil en pro de la Tolerancia, Planeta de Novela y próximamente el galardón Plácido Domingo.

Su obra se caracteriza por su fluidez y el brillante sentido del humor que el escritor imprime a las letras.

— ¿Quién es Antonio Skármeta según Antonio Skármeta?
— Una lejana sombra de Mercutio, joven caballero, pariente del Príncipe, personaje secundario en Romeo y Julieta de Shakespeare. Aquel que cuando muere atravesado por la espada de Tibaldo, sobrino de la señora Capuleto, declara que la herida que tiene no es tan honda como un pozo, ni tan ancha como la puerta de un iglesia, pero que alcanza para quedar tieso.

— Cuando pequeño, ¿qué soñaba ser de grande?
— Mercutio, obviamente.

— ¿Cuál es el libro que más ha influido en su vida?
— Hamlet.

— ¿Cómo nace su pasión por la literatura?
— Por mi falta de talento para el fútbol cuando niño. Recibía un pase y la pelota se marchitaba en mis pies. Me ponía al borde de la cancha a leer. Y de allí a incurrir en la escritura hay un pasito.

— ¿Considera usted que el hábito de la lectura puede incidir directamente en el desarrollo de una sociedad?
— Sí. La lectura hace a la gente más fuerte. De allí el empeño de muchos en que la gente no lea.

— ¿Qué es imprescindible para el éxito?
— No buscarlo.

— ¿Cómo considera usted que es posible encontrar la trascendencia?
— Toda trascendencia se da en la inmanencia. Just let it be.

— ¿Qué debate y entre quienes le gustaría presenciar?
— Entre Louis Armstrong y Chet Baker, pero a trompetazos, sin palabras.

El dato
En la FIL
Skármeta presentó en la feria su más reciente obra: Los días del arcoíris