Mantienen sus frases vivo el espíritu de Johann W. Von Goethe

CIUDAD DE MÉXICO (21/MAR/2012).- "El hombre más feliz del mundo es aquel que sabe reconocer los méritos de los demás y puede alegrarse del bien ajeno como si fuera propio", reza una de las frases más famosas del escritor, filósofo y dramaturgo alemán Johann Wolfgang Von Goethe, quien murió el 22 de marzo de 1832.

Considerado el máximo exponente del romanticismo, un movimiento surgido a finales del siglo XVIII que pondera los sentimientos y la libertad, el también científico vio la primera luz el 28 de agosto de 1749, en Francfurt del Main.

Según datos biográficos disponibles en línea, Goethe estudió Derecho en la Universidad de Leipzig, de 1765 a 1768, donde se interesó por la Literatura y la Pintura, y pudo conocer las obras dramáticas de Friedrich Gottlieb Klopstok y de Gotthold Ephraim Lessing, entre otros.

La influencia de estos autores, aunado a su amor por la hija de un comerciante de vinos en su ciudad natal, comenzó a notarse en sus primeras obras, como en "El capricho del enamorado" (1767), y la tragedia en verso llamada "Los cómplices" (1768).

Goethe enfermó en Leipzig y volvió a su ciudad de origen, en donde estudió Filosofía ocultista, Astrología y alquimia, e influenciado por Katharina von Klettenberg, miembro del movimiento de reforma luterano, Goethe se introdujo en el misticismo religioso.

Cuentan que a partir de 1770, el escritor alemán prosiguió con estudios de Música, Arte, Anatomía y Física; en Estrasburgo entabló amistad con Friederike Brion, con quien tuvo un breve pero intenso romance, y en quien se basó para el personaje de "Gretchen", de su obra "Fausto" (1807).

En ese mismo lugar también conoció al crítico Johann Gottfried von Herder, quien ejerció una enorme influencia en él, y desde ese momento se hizo un escéptico sobre la validez de los conceptos del clasicismo francés que prevalecían hasta esa fecha en Alemania.

Herder también le enseñó a Goethe las obras de Shakespeare, de las que exaltó su valor al exponer plácidamente las emociones; a darse cuenta del valor de la poesía popular alemana, así como de la arquitectura gótica de dicho país como fuente de inspiración para la literatura.

A su regreso a Francfurt escribió la tragedia "Gétz von Berlichingen" (1773), inspirada en las obras de William Shakespeare, y el panfleto "Sobre el estilo y el arte alemán", del mismo año, en el que también contribuyó Herder, entre otros artistas, con el que inauguraron el movimiento "Sturm und Drang", precursor del romanticismo.

Al año siguiente escribió la romántica y trágica historia de "Las desventuras del joven Werther" (1774), una de las obras más representativas de la literatura teutona moderna, que pronto se convertiría en modelo a seguir por los jóvenes escritores.

Para 1775, el heredero del ducado de Sajonia-Weimar, Carlos Augusto, invitó a Goethe a vivir y a trabajar en Weimar, entonces uno de los centros intelectuales y literarios más importantes de Alemania.

Goethe vivió en dicho lugar hasta su muerte y durante los 10 primeros años en los que radicó allí, vio crecer enormemente su intelecto y su influencia como escritor se extendió a lo largo y ancho de Alemania.

También continuó con sus trabajos científicos, e inspirado por Charlotte von Stein, realizó su conocido poema "El rey de los elfos", compuesto para la balada operística "Die Fischerin", en 1782.

El periodo desde 1805 hasta su muerte, en Weimar, el 22 de marzo de 1832, fue para Goethe considerablemente productivo, pues escribió obras como "Las afinidades electivas" (1908), "Los años de peregrinaje de Whilelm Meister (1829) y el poemario "Diván de Oriente y Occidente" (1819), entre otros.

Además de sus obras conocidas, su pensamiento dejó como legado algunas máximas que son recordadas en sitios electrónicos como "frasesparaenviar.com", donde se recuerda que para Goethe "Pensar es fácil. Actuar es difícil. Pero lo más difícil es actuar de acuerdo a lo que piensas".