Daba la cara por la FIL

GUADALAJARA, JALISCO (14/MAR/2013).- La tarde del 1 de diciembre de 2012, una manifestación en contra de la toma de posesión del presidente Enrique Peña Nieto irrumpió en Expo Guadalajara. Era el octavo día de actividades de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara (FIL) y, como un líquido que se esparce lentamente sobre la superficie, unos 500 jóvenes avanzaban por Avenida Mariano Otero con dirección a la feria.

Pasaban de las 17:30 horas y unos 80 policías tapatíos ya esperaban al contingente. Los esperaban con la calma de los gallos que están a punto de atacar. Al enterarse de la inminente llegada de los manifestantes, los periodistas abandonaron la sala de prensa de la FIL -de ordinario agolpada-. Salieron los curiosos con celulares y cámaras en ristre. Entre la hormigueante multitud también apareció Nubia Macías, directora del encuentro literario, quien salió a hablar con la autoridad.

-Déjenlos pasar -le dijo Nubia a un hombre de traje negro.

-La instrucción es cerrar -le contestó.

Revuelta en el remolino de personas, Nubia pidió abrir la calle para que los manifestantes ingresaran a la FIL, un espacio respetuoso de la libertad de expresión, que ella defendía.

"Déjenlos pasar, lo que no queremos es molestar a la gente. Vamos a dejar el acceso gratis a la feria para evitar el tumulto. No importa que entren, éste es un espacio de libre expresión" (El Economista, 1 de diciembre de 2012).

No le hicieron caso. Llovieron piedras, botellas de vidrio, naranjas. Algunos de estos objetos la alcanzaron pero no la hirieron. Nubia demostró un rasgo que tras la noticia de su renuncia, algunos pusieron de relieve: daba la cara por la FIL.

Socióloga y periodista, Nubia cumplió 10 años al frente de la FIL. Durante su estancia se logró traer a Gabriel García Márquez, a Carlos Fuentes y a Mario Vargas Llosa, sin olvidar a los ganadores del Premio Nobel de Literatura Herta Müller y Jean-Marie Gustave Le Clézio.

Cuando el año pasado la FIL "se cimbró" por el otorgamiento del Premio FIL Lenguas Romances al escritor peruano Alfredo Bryce Echenique, acusado y sancionado en su país por plagio periodístico, Macías minimizó el asunto cada vez más polémico al decir que la libertad de expresión "existe y se da". Para ella, la feria era más que un premio literario. Su objetivo era que siguiera siendo querida por los lectores.

Durante una entrevista con este medio en noviembre de 2011, destacó que la FIL centraba sus esfuerzos en los lectores. "Este tiene que ser el espacio de recreación para ellos y tenemos que atender una generación tras otra".

En sus inagotables planes, pensaba que la FIL tendría que tomar el camino de los derechos y estrechar lazos con Portugal, Brasil, Asia, Europa Central y del Este. La FIL ya era la primera feria del libro en habla hispana y el objetivo era sostenerse. También buscaba mayor presencia editorial de países en lengua romance (Francia, Italia, Portugal y Rumanía).

Entre sus escritores favoritos está el brasileño Rubem Fonseca y el peruano Mario Vargas Llosa. Aunque su trabajo la llevaba a convivir con autores de todos los talantes y con toda clase de caretas, a ella le gustaba "bajar del pedestal al ser supremo" para descubrir su parte humana.

EL INFORMADOR / GONZALO JÁUREGUI