Recientemente el nuevo cohete New Glenn logró aterrizar su primera etapa en sobre una plataforma marina, tras asistir a la NASA en su última misión.El jueves pasado la NASA lanzaba dos satélites en dirección a marte, la nave de Blue Origin fue la encargada de llevar los dispositivos al espacio, tras solo 10 minutos de lograr poner los satélites en ruta, el New Glenn aterrizó de forma segura en una plataforma que lo esperaba a varios kilómetros de la costa de Florida.El hito de aterrizar de forma controlada solo había sido logrado anteriormente por las naves Falcon 9, Falcon Heavy y Starship de la compañía fundada por Elon Musk. El Falcon 9 tuvo su primer aterrizaje exitoso en 2015, mientras que el Starship, el cohete más potente del planeta lo consiguió en 2024.SpaceX ha sido capaz de aterrizar la primera etapa del Falcon 9 en 513 ocasiones. Además logró en junio del año pasado el aterrizaje exitoso del Super Heavy, la primera fase de su Starship, y en octubre de 2024 lo capturó con una grúa en la plataforma de lanzamiento.El New Glenn es un cohete de 98 metros de altura y 7 metros de diámetro con capacidad para transportar más de 13 toneladas a la órbita de transferencia geoestacionaria (GTO) y 45 toneladas a la órbita terrestre baja (LEO).El de ayer fue el segundo lanzamiento del New Glenn y el primero que tuvo éxito en su aterrizaje. En su intento inicial, el pasado enero, la primera etapa del vehículo se perdió durante el descenso sobre la plataforma marítima.Esta primera etapa está diseñada para un mínimo de 25 vuelos, según Blue Origin, y su reutilización permitirá reducir costes y residuos.El New Glenn se asemeja al Falcon Heavy de SpaceX, de 70 metros de altura y 12 de diámetro, y capaz de cargar 63.8 toneladas hasta LEO y 26,7 toneladas hasta GTO.En comparación, el Falcon 9 mide 70 metros de altura y puede cargar 8,3 toneladas hasta LEO y 22.8 toneladas hasta GTO, y Starship, que se levanta 123 metros por encima del suelo, traslada entre 100 y 150 toneladas.La primera etapa del cohete de Blue Origin cuenta con siete motores mientras que su tren de aterrizaje alberga seis patas para garantizar el aterrizaje.El Falcon Heavy es propulsado con 27 motores Merlin, mientras que la primera etapa del Falcon 9 consta de nueve motores y cuatro patas en el tren de aterrizaje, y el Super Heavy recibe la potencia de 33 motores.Dado que el Super Heavy no cuenta con patas para el aterrizaje, puede ser capturado por una grúa en el sitio de lanzamiento. Por otro lado, la segunda etapa de Starship además ha conseguido amerizar con éxito, marcando un hito clave en la recuperación y reutilización de todo el sistema de lanzamiento.SpaceX sigue a la cabeza en la carrera del sector privado por el control del tráfico espacial. Hace más de diez años del primer aterrizaje exitoso del Falcon 9 y un año de que lo lograra con la Starship.Sin embargo, el administrador interino de la NASA, Sean Duffy, lanzó un órdago a SpaceX el pasado octubre cuando dijo públicamente que la compañía de Musk se estaba retrasando con respecto a China en la carrera por regresar a la Luna.Duffy agregó que el Gobierno estadounidense abriría a otras compañías el contrato que SpaceX había firmado en 2021 con la NASA para proporcionar el aterrizador de la misión Artemis III, con la que Estados Unidos pretende volver a pisar la Luna en esta década.Blue Origin sería uno de los grandes beneficiados de esa medida, aunque empresas como Axiom y Boeing también han realizado lanzamientos en los últimos años.La decisión anunciada por Duffy se produjo meses después de que Musk y el presidente estadounidense, Donald Trump hicieran público su distanciamiento durante una tensa discusión en redes sociales en la que Trump amenazó con dar de baja la cápsula Dragon de SpaceX.Con información de EFETG