A 30 años del magnicidio de Luis Donaldo Colosio, candidato presidencial asesinado en 1994, México sigue con hambre y con sed de justicia, dijo el hijo homónimo durante un homenaje a su padre.“México al día de hoy sigue con hambre y sed de justicia, eso no se ha acabado, realmente lo que él quería, lo que él buscaba era impulsar una lucha para hacer justicia social, para poder generar condiciones de igualdad y desarrollo económico a nivel regional, incluso municipal”, dijo el candidato al Senado por Movimiento Ciudadano.Con ello emuló el último discurso que pronunció su padre, Luis Donaldo Colosio Murrieta, antes de ser asesinado el 23 de marzo de 1994, en un mitin el la Colonia de Lomas Taurinas, en Tijuana.El también alcalde con licencia de Monterrey encabezó la guardia de honor en el monumento a la memoria de su padre, ahí, junto con su esposa, hijos y su hermana, Mariana Colosio, colocaron una ofrenda floral.Colosio Riojas recalcó que el legado de su padre debe ser que se haga justicia a todos los hijos que pierden a sus progenitores de manera violenta.“Lo que me pasó a mí no es muy distinto que lo que le pasa a muchos niños y muchísimos jóvenes, la única diferencia es que a mí papá le pasó en televisión nacional y era una persona pública”, comentó. Como parte de los actos conmemorativos, familiares, amigos y sus colaboradores más cercanos, atestiguaron la presentación del libro “Las Cartas de Colosio” escrito por Rafael Medina Martínez, el cual fue comentado por Colosio Riojas.Agustín Basave Benítez, quien fue uno de los colaboradores más cercanos de Colosio, leyó una carta póstuma que escribió a su amigo Luis Donaldo.También se ofició una misa en la parroquia de Santa María Magdalena, a la que asistieron amigos, vecinos, paisanos, compañeros de clases, maestros y familiares del político.EFEAl cumplirse 30 años del magnicidio del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, expertos perciben la reapertura del caso, respaldada por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, como un “distractor” en medio de la campaña electoral, en la que el homónimo hijo del fallecido busca entrar al Senado.El profesor de política de la Universidad Autónoma Nacional de México (UNAM), Ulises Corona señala que el Presidente, ante los “grandes retos” que tiene, avivó una herida “ya subsanada”.“Es un tema superado y supone gran distractor del momento electoral del país”, asegura, pues México celebrará el próximo 2 de junio los comicios más grandes de su historia.El periodista y expreso político J. Jesús Lemus, quien convivió con el asesino confeso de Colosio, Mario Aburto, durante su paso por la cárcel, comparte esta posición en una entrevista.“AMLO tiene la obligación y la necesidad de asegurar el triunfo de Sheinbaum. Una forma de hacerlo es darle a la gente un poquito de circo”.Para Corona, el asesinato del aspirante del PRI lo motivó una “razón de Estado” en una coyuntura política que Colosio desafiaba.“Quiso atentar contra una clase económica creciente de violencia organizada, como los narcotraficantes. Al hacerles frente, (...) no le permitieron continuar”, sostiene.En cambio, Lemus tacha a Colosio de ser “corrupto”, al asegurar que su magnicidio “lo purificó” y sentencia “la muerte le salvó del ridículo político”.La carpeta judicial del caso Colosio salió del cajón en 2023, cuando un tribunal argumentó que los jueces no deberían haber juzgado con el Código Penal federal, sino con el del Estado de Baja California, al asesino confeso.Esto implicaría una rebaja de hasta una década en su condena de 40 años, lo que supondría su salida inmediata de la cárcel.Aun así, la Fiscalía General de la República (FGR) recurrió el fallo y López Obrador se negó a indultar a Aburto.A este pleito se suma la teoría que contempla un segundo tirador como el asesino real, una versión que Lemus defiende, pues el mismo Aburto le habló de ella.