Jueves, 10 de Abril 2025

Policía acudió al domicilio en Chalco poco antes de que Carlota N disparara a dos personas

Los agentes acudieron al sitio, pero al no contar con una orden judicial, se retiraron sin intervenir

Por: Brenda Barragán

El conflicto, que comenzó como una disputa por la posesión de una casa, terminó en un acto violento que conmocionó a la comunidad y dejó al descubierto la fragilidad de los mecanismos legales para resolver disputas de propiedad en tiempo oportuno. ESPECIAL

El conflicto, que comenzó como una disputa por la posesión de una casa, terminó en un acto violento que conmocionó a la comunidad y dejó al descubierto la fragilidad de los mecanismos legales para resolver disputas de propiedad en tiempo oportuno. ESPECIAL

Antes del trágico enfrentamiento en Chalco, Estado de México, en el que Carlota 'N', una mujer de 74 años, disparó a dos hombres identificados como Esaú y Justin Márquez, su familia había intentado recuperar legalmente la posesión de un inmueble que consideraban suyo.

Según el periodista Carlos Jiménez, especializado en temas policiacos y conocido como C4, los familiares de Carlota acudieron a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) con la intención de denunciar un presunto despojo ilegal de la vivienda. A pesar de la denuncia, no habrían entregado documentación que probara su propiedad sobre el lugar, por lo que las autoridades indicaron que no podían proceder sin pruebas formales.

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La tensión escaló horas antes del tiroteo. De acuerdo con los reportes, los hijos de Carlota pidieron apoyo a elementos de la Policía Municipal de Chalco. Los agentes acudieron al sitio, pero al no contar con una orden judicial, se retiraron sin intervenir, ya que no tenían autorización legal para desalojar a quienes se encontraban habitando el inmueble.

     

Katia, familiar directa de Justin y Esaú, relató a TELEDIARIO que fueron alertados de que personas desconocidas intentaban irrumpir en la vivienda que su familiar había rentado. Al llegar al lugar, observaron que las chapas ya habían sido forzadas y reemplazadas.

“Llegamos y sí, ya había gente, ya habían roto las chapas con esmeril, y estaban cambiando ya las chapas y todo. Llegamos y les dijimos que qué pasaba. Nos dice una señora que ella es la dueña, una que venía de azul. Dijimos ‘okay, bueno, esta casa la rentan, la rentó mi hijo’, les dice mi suegra. Le dije yo ‘llevan pocos días que se acaban de mudar”, explicó Katia.

Los ocupantes solicitaron a Carlota y sus allegados que mostraran documentos que acreditaran su supuesta propiedad sobre el inmueble, pero, según la versión de Katia, la mujer no presentó ningún papel y afirmó haber interpuesto una denuncia por despojo. “La señora nos dice que ella ya hizo una denuncia por robo y despojo. Le comentamos que estaba bien, que nosotros también íbamos a hacer una denuncia, porque nos timaron. Nos dice que sí, pero ya jamás se identificó con ningún documento”.

Horas más tarde, el 1 de abril, Carlota regresó sola a la vivienda. Fue entonces cuando ocurrieron los hechos que posteriormente se difundieron ampliamente en redes sociales y medios de comunicación.

“Dijo sálganse por las buenas y mi cuñado se enojó y le dijo ‘¿cómo que por las buenas, entonces me está amenazando?, ¿por las malas cuáles van a ser?’. ‘No, nada más es lo que te voy a decir, sálganse por las buenas’”, relató Katia sobre los momentos previos al ataque.

     

El conflicto, que comenzó como una disputa por la posesión de una casa, terminó en un acto violento que conmocionó a la comunidad y dejó al descubierto la fragilidad de los mecanismos legales para resolver disputas de propiedad en tiempo oportuno.

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BB

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