El tejuino es una de las bebidas fermentadas más emblemáticas de México, con raíces que se remontan a la época prehispánica. Originaria de las culturas indígenas del occidente del país, particularmente entre los pueblos nahuas y purépechas, esta refrescante bebida sigue siendo una tradición viva en muchos estados, especialmente en Jalisco, Nayarit, Colima y Michoacán.El tejuino tiene su origen en las antiguas civilizaciones mesoamericanas, donde el maíz era considerado un alimento sagrado. Se cree que los pueblos indígenas comenzaron a fermentar el maíz como una forma de conservarlo y potenciar sus propiedades nutritivas. A diferencia del pulque, otra bebida fermentada de la época, el tejuino tiene un grado de fermentación bajo, lo que lo hace una opción refrescante sin efectos alcohólicos significativos.La receta tradicional del tejuino consiste en la fermentación de masa de maíz con piloncillo (panela), lo que le otorga su característico sabor dulce y ligeramente ácido. El proceso inicia con la cocción de la masa de maíz en agua, a la que se le añade piloncillo hasta obtener una mezcla espesa. Esta se deja fermentar durante un tiempo determinado, generalmente de uno a tres días, logrando una ligera fermentación que realza su sabor.Al servirse, el tejuino se mezcla con hielo, jugo de limón y, en algunas regiones, se le agrega una pizca de sal o incluso nieve de limón para acentuar su frescura. Su presentación varía de acuerdo con la localidad, pero su esencia permanece inalterada a lo largo de los siglos.El tejuino no solo es una bebida refrescante, sino que también forma parte de la identidad cultural de muchas comunidades en México. En mercados y plazas de Jalisco y Nayarit es común encontrar vendedores ambulantes que lo preparan al instante, sirviéndolo en grandes vasos con hielo para mitigar el calor. Su popularidad ha trascendido fronteras, y hoy en día es posible encontrar esta bebida en otros países donde hay comunidades mexicanas.Además de su delicioso sabor, el tejuino es valorado por sus beneficios digestivos debido a la fermentación natural, que favorece la flora intestinal. Su preparación artesanal y su legado histórico lo convierten en un testimonio vivo de las tradiciones ancestrales mexicanas.El tejuino es más que una simple bebida: es un símbolo de la herencia prehispánica y de la riqueza cultural de México. Su sabor único, su proceso artesanal y su historia milenaria lo convierten en una joya gastronómica que sigue conquistando paladares y preservando una tradición que ha perdurado a través de los siglos. Si alguna vez tienes la oportunidad de probarlo, estarás degustando un pedazo de historia mexicana en cada sorbo.BB
