Jueves, 02 de Octubre 2025

Las calandrias eléctricas: Tradición que abrazó lo moderno

Este medio de transporte es una manera única de conocer la ciudad, sin prisas, en un compás lento como solía hacerse en la Guadalajara de hace muchos años

Por: El Informador

Los recorridos abarcan los puntos más representativos del primer cuadro de Guadalajara. EL INFORMADOR

Los recorridos abarcan los puntos más representativos del primer cuadro de Guadalajara. EL INFORMADOR

Las calandrias eléctricas de Guadalajara que ahora circulan a través del Centro Histórico pueden alcanzar una velocidad de 25 kilómetros y tienen una capacidad de hasta seis pasajeros. Muchos de los calandrieros actuales son descendientes directos de una larga tradición; es decir, son hijos de las mismas personas que desde hace décadas han llevado a tapatíos y a turistas a redescubrir la ciudad desde la mirada melancólica de la costumbre.

Las calandrias de Guadalajara, sean tradicionales o eléctricas, se encuentran en distintos puntos del Centro Histórico: sobre la Avenida Hidalgo entre el Mercado Corona y el templo de Nuestra Señora de la Merced, en la Plaza Guadalajara frente al Palacio Municipal, en la Plaza de la Liberación a un costado del Museo Regional, frente a Palacio de Gobierno, y también en la zona de los Dos Templos. Hoy en día también es más común apreciar a mujeres calandrieras.

Algo que aunque no parece nada del otro mundo, en otros tiempos hubiera sido imposible, en una tradición regida mayormente por hombres. Los costos pueden ir desde los 500 hasta los 700 pesos, dependiendo del número de pasajeros y la distancia del recorrido, y también si es calandria eléctrica o con caballo; los trayectos suelen abarcar los puntos más importantes del primer cuadro de la ciudad, hasta el camellón de Chapultepec.

Las calandrias son una manera única de conocer la ciudad y sus lugares, sin prisas, en un compás lento como solía hacerse en la Guadalajara de hace muchos años, en la historia narrada en voz viva por quienes conocen las entrañas de la urbe y su funcionamiento interno, sus calles y jardines, sus templos, plazas y sitios que ya no existen; algo que ha sobrevivido a los abates del tiempo, y una de las tantas costumbres que hacen a la Perla Tapatía única en el mundo.

CT

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