Guadalajara ha sido distinguida en tres ocasiones, siendo la última en 2022, como "Ciudad Árbol". El galardón es otorgado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), en conjunto con Arbor Day Foundation.Este nombramiento se le otorga a las metrópolis del mundo que con sus acciones mantienen e incrementan el arbolado y mantienen una "agenda verde" con vista a una convivencia armónica entre la urbe y el árbol, el concreto y las raíces, el ladrillo y la hierba; entre lo que nos da aire y vida. Cada año, Guadalajara resplandece en un estallido de primaveras imprevistas que pintan de colores y de hojas las calles de la ciudad. Es un acontecimiento anual que no obstante, tiene algo de nacimiento de un nuevo mundo: jacarandas, lluvias de oro, tabachines y otra miríada de árboles de aquí y de todas partes que hacen que la ciudad parezca otra, que cambian el color del aire y la curvatura de la luz, y que justifican desde la lógica de los suspiros que nuestra ciudad sea llamada una "ciudad árbol". No obstante, el espectáculo anual de la primavera y sus eclosiones radiantes, y las distinciones solemnes que instituciones grandes del mundo le han otorgado a Guadalajara, encuentran un panorama distinto cuando se comparan con la realidad. Más allá de sus árboles, sus calles tapizadas de hojas, y de los milagros furtivos de las canículas, en realidad nuestra ciudad carece de las áreas verdes suficientes para el bienestar de sus habitantes, según investigaciones de la Universidad de Guadalajara. De acuerdo con la tesis de Tonantzin Camacho Sandoval, de los 150.36 kilómetros cuadrados que comprenden el municipio de Guadalajara, tan solo el 11% corresponde a áreas verdes, lo que implica apenas 16.53 kilómetros cuadrados de su totalidad; ni siquiera la mitad. Excepciones como el bosque de la Primavera, los Colomos, y demás parques urbanos, no dan abasto para la ciudad voraz que crece y se expande como una plaga virulenta, y para sus habitantes que se ahogan en la lumbre que año con año gana terreno en la vida. Que tan solo el 11% de Guadalajara corresponda a pulmones minúsculos de áreas verdes, se traduce a que 40 colonias y 100 mil habitantes sean afectados sin darse cuenta, al carecer de árboles, espacios recreativos y áreas verdes "identificadas cartográficamente". El estudio revela que las partes Noroeste y Suroeste del municipio son las que cuentan con menos densidad de parques, árboles o bosques urbanos, y donde existe una mayor densidad de población infantil.De acuerdo con la doctora Silvia Lizette Ramos de Robles, "si bien se puede considerar que 18 % de la superficie tapatía cuenta con árboles, pastos y arbustos, realmente 78 % no cuenta con superficies recomendadas, porque no ofrecen espacios para recreación y desarrollo”.Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que cada persona en este mundo debe tener, al menos, un promedio de 9 metros de área verde para un desarrollo óptimo: en Guadalajara, según la UdeG, se cuenta tan solo con 1.4 metros cuadrados de área verde por habitante, lo que genera una discordancia diametral con la condecoración de "Ciudad Árbol" otorgada por la ONU. Año con año, las temperaturas aumentan en Guadalajara. De la mano de las eclosiones radiantes llega también su contraparte más álgida: los incendios forestales. Muchos días anuales, los tapatíos viven como una costumbre fatídica los cielos ensombrecidos por los fuegos distantes que devoran y reducen el bosque de la Primavera, y donde después aparecerán condominios lujosos e inaccesibles, se condenarán a chivos expiatorios, se lanzarán alertas ambientales con clases suspendidas y pulmones llenos de ceniza, y se condenará lo acontecido con todo el peso de la ley. Lo mismo ocurre dentro de la ciudad con el fenómeno de la gentrificación y los complejos inmobiliarios y departamentales que aparecen de pronto en cualquier rincón de la ciudad; más concreto, ladrillo, andamios y estructuras verticales de metal que desplazan las hojas, las raíces, que calientan el aire, que encandilan la mirada, que secan el piso y marchitan la vida. El estudio de la Universidad de Guadalajara también indica que la ausencia de árboles equivale a presencia de calor. “En las colonias donde se ha perdido mayor arbolado se han registrado temperaturas de hasta 42 grados”, asegura la doctora Silvia Lizette Ramos de Robles. En sitios donde existe gran presencia de árboles, como en los Colomos, la temperatura es hasta 3 grados menor en comparación a otros sitios de Guadalajara. Tan solo 13 colonias de la ciudad cuentan con superficies verdes con un porcentaje mayor al 30%. El martes 13 de junio de este año, la ciudad registró una temperatura histórica de 37.9 grados Celsius, situación que no ocurría desde 1989. A lo largo del año, y en el medio de un otoño caluroso, dicho récord dejó de ser desconcertante, y se enraizó en lo cotidiano: Guadalajara es una "Ciudad Árbol", pero sin árboles. Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp.FS
