Miércoles, 25 de Diciembre 2024

Arquitectura e ingeniería, atractivo para los turistas

La transformación de la ciudad se debe a grandes ingenieros como Matute Remus

Por: El Informador

El arquitecto Ignacio Díaz Morales intervino en la conclusión del Templo Expiatorio (proyecto original de Adamo Boari) y su plaza. EL INFORMADOR/ J. Urrutia

El arquitecto Ignacio Díaz Morales intervino en la conclusión del Templo Expiatorio (proyecto original de Adamo Boari) y su plaza. EL INFORMADOR/ J. Urrutia

La historia de una ciudad se puede conocer a través de su arquitectura y sus obras de ingeniería, y la evolución de Guadalajara no es la excepción; de hecho, fue a partir de 1900 que comenzó a configurarse el rostro que actualmente muestra.

¿Cómo era el Río de San Juan de Dios? ¿Cuáles fueron las primeras colonias o las primeras avenidas? Libros como “En el Valle. La Construcción de Guadalajara en el Siglo XX”, coordinado por Diego Petersen, o “Líneas del Tiempo. Ingenieros Civiles 1950-1955”, de Guillermo Gómez Sustaita, dan cuenta que uno de los primeros hitos de la arquitectura de la Guadalajara de hoy fue cuando, en 1908, se entubó el Río San Juan de Dios, que dio paso a una de las avenidas principales de la ciudad: la Calzada Independencia.

A la par, comenzaron a formarse las primeras colonias, tanto al Poniente como al Oriente de la Ciudad. Arquitectos como Guillermo Gómez Alba jugó un papel importante en la edificación de ciertas fincas que prevalecen al día de hoy en la Colonia Americana.

Otro punto clave de la ciudad fue la Prisión de Escobedo: se encontraba en lo que hoy es el Parque Revolución, también conocido como Parque Juárez; misma que después de la Revolución Mexicana comenzó a desaparecer poco a poco, hasta que en 1933 dejó de existir, dando paso a la conexión de las avenidas Juárez y Vallarta para convertirse en una sola.

En dicha época también se hicieron adecuaciones al Centro, cuando se hizo la ampliación de la Avenida Juárez, en la cual ocurrió uno de los hechos más importantes en la historia de la arquitectura y la ingeniería de la ciudad: entre el 24 y el 28 de octubre de 1950, el ingeniero Jorge Matute Remus emprendió las obras necesarias para mover el edificio de Telmex—, el cual pesaba mil 700 toneladas. Matute Remus narró que lo primero que se hizo fue demoler las casas vecinas y construir los cimientos; después, se armó una estructura sobre la que se deslizó la edificación. Por debajo del edificio se construyeron bases de concreto armado —casquetes— que abrazaron las columnas para sostener el edificio. Los casquetes se montaron sobre 480 rodillos y se cortó la cimentación original para que la edificación quedara liberada. Y 12 gatos hidráulicos que se movieron al unísono para colocar al edificio en su nueva ubicación.

Lo anterior lo hizo sin derrumbar un muro y con los trabajadores dentro. Hoy se encuentra una estatua de Jorge Matute Remus a las afueras del edificio, en Juárez y Donato Guerra. En esa época también se ensanchó la Avenida 16 de Septiembre y Alcalde (actualmente el Paseo Alcalde).

Estatua de Jorge Matute Remus a las afueras del edificio, que se ubica sobre la Avenida Juárez y Donato Guerra. EL INFORMADOR/ J. Urrutia

CT

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