Las señales y letreros que anuncian la entrada al Macrolibramiento de Guadalajara son escasos y ofrecen poca información sobre las ciudades y destinos a los que puede derivar esta vía. Esto, pese a que la vialidad fue inaugurada por el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, desde enero.En un recorrido por uno de los ingresos, ubicado sobre la carretera Guadalajara-Acatlán de Juárez, este medio corroboró que sólo existen tres señales que anuncian ese camino de cuota. Dos de ellas son letreros que sólo dicen “Libramiento Sur de Guadalajara”, y un letrero donde el Gobierno federal avisa sobre la macrovía en una zona de curvas.Y a esa carencia de señales se añade que hay letreros que anuncian la carretera en zonas donde no está ubicada. Por ejemplo, hay una señal del Macrolibramiento sobre la avenida López Mateos, pero adentro de la ciudad (en la colonia Loma Bonita, de Zapopan) y en sentido contrario a donde realmente se encuentra.Mario Prado, empresario local, utiliza el Macrolibramiento cada 15 días para viajar a Los Altos y Puerto Vallarta en periodos vacacionales. Considera que la autopista está en “muy buenas condiciones”, pero lamenta que apenas exista señalética para ingresar a ella. Por eso cree que son pocos los vehículos que la usan.“Las señales no son eficientes y te señalan destinos secundarios. Por ejemplo, anuncian salidas a Tepic o a Zapotlanejo, pero no te dice que el Macrolibramiento te saca también a destinos como México, León o Aguascalientes”, indica.Eduardo Herrera, coordinador de Operaciones de una caseta de cobro de esa vialidad, cree que la confusión radica en el nombre. “Aquí en la zona lo conocen como Macrolibramiento y posiblemente la gente quiera encontrarlo así. Pero el nombre correcto es Libramiento Sur de Guadalajara, que es como encontramos la señalética en cada entronque”.Asegura que se colocan algunas señalizaciones para atender a esa confusión. “Cuando se abrió la vía no contaban con ellas, pero ya se manejarán más nombres para que la gente conozca un poco más el Macrolibramiento”.En redes sociales, usuarios coinciden con la carencia de señalización para ingresar. “Falta un señalamiento de cómo librarlo para no meterte y llegar directo a Guadalajara”, menciona Carlos Núñez.“En el entronque con la carretera a Chapala, en el sentido hacia Guadalajara, no dejaron acceso. Se tiene que ir adelante de (la carretera) Santa Rosa-La Barca a un retorno muy complicado y regresar para tomarlo hacia el Poniente; es ingeniería muy mediocre”, concluye Abel Barajas.El sector de los transportistas considera que, además de la falta de señalización de acceso al Macrolibramiento, hay dos temas pendientes por resolver: la inseguridad que hay en algunos puntos de la vía y la carencia de paradores de descanso, sanitarios, gasolineras, lugares para comer y otros servicios.“La carretera la veo bien, pero hacen falta unos buenos sanitarios en las casetas. No es justo para el transportista que, los que hay, los tengan cerrados con llave”, señaló Oliverio Báez, trabajador de una empresa de colchones.El vicepresidente de la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (Conatram), Manuel Sánchez Benavides, consideró que, a un año de operaciones, no se han resuelto los temas de seguridad y servicios.“Sigue con las mismas carencias que antes, sin servicios básicos para sus usuarios, especialmente para los traileros y camioneros”, dijo.No obstante, tanto Sánchez Benavides como los transportistas aseguraron que el Macrolibramiento les ha ayudado a reducir tiempos y desahogar el tráfico en la Zona Metropolitana de Guadalajara.“Ahora hago, mínimo, una hora u hora y media menos, que cuando tomaba Guadalajara y atravesaba la ciudad por Periférico”, observó el transportista Guillermo Suárez.