Martes, 12 de Noviembre 2024

Primer uso de la 'cápsula para el suicidio' en Suiza genera múltiples arrestos

Suiza es uno de los países que permiten la “muerte asistida”, pero bajo condiciones específicas

Por: EFE

El dispositivo fue inventado hace siete años por el activista australiano proeutanasia Philip Nitschke. Pexels

El dispositivo fue inventado hace siete años por el activista australiano proeutanasia Philip Nitschke. Pexels

Desde hace un tiempo, Suiza es uno de los países que permiten legalmente el “suicidio asistido”. De hecho, existen una serie de organizaciones que ayudan a las personas a cumplir su deseo. 

No obstante, tiene que ser de una manera específica y autorizada, como que la persona muestre capacidad de discernimiento, que su idea haya sido muy reflexionada y no producto de un impulso, que nadie ejerza una influencia indebida sobre ella y que sea evaluada por especialistas para confirmar que está aquejada de un grave sufrimiento.

Recientemente, la policía suiza ha detenido a presuntos involucrados en la utilización de “Sarco”, una cápsula que está hecha para ayudar a las personas a morir de manera rápida y sin dolor. 

La herramienta nunca había sido utilizada, sin embargo, fue empleada por primera vez el pasado lunes, cuando una persona falleció de asfixia por nitrógeno en una zona forestal del cantón de Schaffhausen. 

La Policía Cantonal confirmó que el fiscal de la jurisdicción ha abierto un proceso penal contra los detenidos por incitación y asistencia al suicidio, mientras que la cápsula ha sido incautada y el cuerpo de la fallecida trasladado a la morgue.

Según el diario "Blick", la primera usuaria de la cápsula ha sido una ciudadana estadounidense de 64 años, quien durante varios años había sufrido de problemas de salud agudos relacionados con una inmunodeficiencia grave.

Para utilizar la cápsula, la persona que desea morir pulsa un botón que libera una gran cantidad de nitrógeno y sustituye al oxígeno, lo que provoca una pérdida rápida del conocimiento y la muerte en aproximadamente cinco minutos.

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El dispositivo fue inventado hace siete años por el activista australiano proeutanasia Philip Nitschke y es un receptáculo de líneas aerodinámicas y cubierta transparente en el que la persona que desea morir se encierra. Según su inventor, la muerte sobreviene sin dolor.

Para promocionar este aparato se constituyó hace algunos meses la organización The Last Resort, financiada con donaciones privadas y que ha defendido que su objetivo es humano y no ganar dinero con la cápsula, para cuyo uso ha señalado que solo cobraría 20 euros, que es lo que cuesta el nitrógeno líquido que se utiliza.

Ahora esta entidad privada se enfrenta a consecuencias legales por haber dado el primer paso, pues algunos cantones -incluido el de Schaffhausen- habían advertido que abrirían diligencias penales en caso de que la cápsula fuese usada en su territorio.

En una sesión parlamentaria, la ministra suiza de Salud, Elisabeth Baume-Schneider, dijo este lunes que la cápsula no cumplía los criterios de seguridad de productos y no podía ser comercializada, y que el uso del nitrógeno en una cápsula no era compatible con la ley sobre productos químicos.

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CM 
 

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