A pesar de que faltan todavía varios meses para la edición dos mil veintiséis del Clásico Mundial de Beisbol, y aunque esta vez no habrá cotejos en nuestro país-contrario a lo ocurrido en dos mil veintitrés, cuando Guadalajara fue sede de uno de los grupos mientras que el resto se jugó en Miami, Tokio y Taichung-, el ambiente ya comienza a calentarse. El certamen, consolidado como la máxima fiesta del beisbol internacional, muestra desde temprano ingredientes que anticipan una competencia de enorme emoción.Uno de los elementos que ha levantado expectación es el anuncio de que la Selección Mexicana, nuevamente bajo el mando de Benjamín Gil, sostendrá durante el spring training dos encuentros de preparación frente a organizaciones de Grandes Ligas. El calendario de la Liga del Cactus, desarrollándose como cada año en el sur de Arizona, contempla un duelo ante un split squad de los Dodgers de Los Ángeles -es decir, una escuadra dividida- y otro frente a los Guardians de Cleveland, según lo han adelantado las agendas preliminares.Es oportuno recordar que en el spring training participan no sólo los rosters titulares, sino también peloteros del roster ampliado y numerosos invitados que las organizaciones observan para evaluar su desarrollo y posibilidades de mantenerse durante la campaña regular. Por ello, aunque estos juegos no representan a las novenas en pleno, sí se convierten en pruebas competitivas y útiles para una selección que busca ritmo y solidez previo a medirse con las potencias del mundo.El hecho de enfrentar a un split squad no resta valor al desafío. Si algo distingue a las Grandes Ligas es la profundidad del talento: aun divididos, los Dodgers suelen presentar cuadros llenos de jóvenes de alta proyección y veteranos que permanecen en la órbita competitiva. Para México será una primera medida rumbo a la conformación del plantel que intentará refrendar -o superar- la extraordinaria actuación de dos mil veintitrés, cuando la selección, dirigida entonces por Juan Gabriel Castro, alcanzó un histórico tercer lugar.Y es aquí donde arrancan las elucubraciones. La discusión internacional vuelve a colocar a Japón como la potencia a vencer. No es casual: su constelación de figuras en MLB sostiene la percepción de supremacía competitiva. Peloteros como Yoshinobu Yamamoto, Shohei Ohtani, Munetaka Murakami y Roki Sasaki -entre otros que hoy hacen época- convierten al elenco nipón en un rival sólido en fundamentos, pitcheo, orden táctico y bateo oportuno.Venezuela tampoco se queda atrás. País de tradición pelotera profunda, presume luminarias como José Altuve, Ronald Acuña Jr., Luis Arráez y Pablo López, capaces de conformar una selección completa en casi todas las líneas si reciben la autorización de sus organizaciones. Con plantel lleno, Venezuela será un hueso durísimo.República Dominicana permanece también entre los favoritos. Su constante flujo de figuras en Grandes Ligas -cañoneros temibles, relevistas dominantes, titulares de élite- permite armar selecciones temibles en prácticamente cada edición. La abundancia de talento dominicano es sencillamente abrumadora.En paralelo surge Estados Unidos, cuya selección podría presentar una alineación inédita por la disponibilidad de estrellas. A diferencia de ediciones previas, cuando los calendarios o intereses de MLB limitaron la participación de varios peloteros, hoy se presume una asistencia más amplia de los mejores jugadores nacidos en territorio estadounidense o con elegibilidad por ascendencia. De concretarse, el conjunto estadounidense sería un auténtico coloso.¿Y México? Se mantiene como contendiente serio, más aún tras lo hecho en dos mil veintitrés, mostrando temple, orden, bateo consistente y un pitcheo que sorprendió a propios y extraños. Muchos consideran que aquel plantel ha sido la mejor versión mexicana en el ámbito internacional. Y aunque algunos opinamos que Juan Gabriel Castro es un estratega más completo que Benjamín Gil, lo cierto es que Gil posee experiencia, carácter y un grupo de peloteros dispuestos a competir al máximo nivel.La lista de nombres elegibles para México es robusta: Randy Arozarena; Julio Urías (según su situación); Alejandro Kirk; José Urquidy; Isaac Paredes; Luis Urías; Joey Meneses; Alan Trejo; Patrick Sandoval; Javier Assad; Taijuan Walker; Rowdy Téllez; Anthony Banda; Roberto Osuna; Alejandro Osuna; Jared Serna; Jonathan Aranda; Jarren Durán; Ramón Urías; Austin Barnes; Marcelo Mayer; Luis Cessa; Víctor Arano; Manuel Barreda; Giovanny Gallegos; Andrés Muñoz; Alex Verdugo y Cody Ponce, entre otros. Una base amplia, variada y con verdadera proyección competitiva.El talento existe. La plataforma también. Falta ver quién llega sano, quién obtiene el permiso de su organización y quién alcanza el mejor ritmo en el momento clave.La antesala del Clásico Mundial ya se calienta, incluso antes de que el calendario lo exija. Y como suele ocurrir en el beisbol: nada está escrito, nada ganado ni descartado. Será el terreno el que defina, llegado el momento, quién merece levantar la gloria.