Salvo tomar un avión de vez en cuando, yo nada sé de aviación. Pero sé que si una aerolínea, al año de operar, suspende casi la mitad de sus rutas, como acaba de hacer el fin de semana Mexicana, hay un problema gordo.Sin saber nada de aviación, sé que parar, sin más, ese volumen de operaciones, mete en problemas a gente que había confiado en esa aerolínea, personas que tendrán que vérselas para recuperar su dinero y buscar otra manera de llegar a su destino.Sé, como cualquier mortal, que eso, comprar de última hora un boleto, suelo salir más caro, y sé, como cualquier mexicano, que en este caso la Profeco no hará pancho, ni pondrá letreros en el AIFA que digan “Mexicana se vuela la barda y te deja colgado. Aguas”.Ignorante de la administración pública, pues ni un día he estado detrás de un mostrador como burócrata, sé, sin embargo, que Mexicana reestructurará (es un decir) sus rutas sin que haya garantía de que ahora sí hará bien su estrategia de negocios, su plan de “vuelo”.Seguramente más por los años que por otra cosa, sé que si no hay consecuencias ante un error, descalabro o simplemente un fracaso, las posibilidades de que uno repita lo malo son del suelo a treinta mil pies de altura. Todas, pues.Sin ser militar, ni saber de administración castrense, sé que la comandanta suprema no le hablará al general secretario para decirle, no puede ser, ¿cómo que pararán 8 de 18 rutas, y la gente, y en pleno reyes, y la imagen del Ejército, y el segundo piso de la aviación?Sé que si a una presidenta exigente como la que tenemos, que demanda a su equipo resultados y cero tropiezos, un funcionario civil le llegara con la noticia de que el 40 por ciento de las operaciones se van a detener y ahí con calmita vamos a ver cuándo lo reiniciamos… simplemente le pediría que ya no vaya a la oficina, que gracias por participar, que la agencia digital se encarga… pero ustedes y yo, sin saber —al menos la mayoría— de aviación o de management de personal, sabemos que si a Mexicana la administran (es un decir) los militares, hasta una presidenta tiene límites a la hora de pedir cuentas por la graciosa noticia de que no vuela. O vuela más poquito de lo que poquitititito (menos del 1 por ciento del mercado) que volaba. Vaya forma de empezar el 2025, mi general secretario.Y ya que andamos en esas, salvo haber comprado (siempre a crédito, y siempre pagando puntual) una decena de autos, yo no sé nada de industria automotriz. Es más, salvo en la Toyota una vez en Japón, y de eso hará pronto 30 años, nunca he estado en una armadora. Y a pesar de eso sé —no sé Rick, pero sé— que eso de que vamos a tener el primer auto mexicano suena raro, ¿no, Rick?Sé que hay listas de espera de meses para algunos modelos. Sé que los créditos están carísimos… y sé que a pesar de todo, nos encanta comprar autos y que en 2024 rompimos récords de adquisiciones.¿Hace falta un auto 100% mexicano? ¿A quién? ¿No hará más falta transporte público en cantidad suficiente y de calidad humana? ¿Necesitan nuestras calles más congestión vehicular?Una mañanera donde a nadie regañan porque Mexicana no vuela y en cambio se emocionan porque habrá (dicen) más autos me confirma cuánto creía saber, e ignoro, del nuevo gobierno.