¿Bajo qué lógica, un grupo de transportistas exige una tarifa de 16 pesos y amaga con suspender el servicio en Guadalajara si el gobierno incumple su demanda? Bajo ninguna lógica. Cierto, han transcurrido seis años desde el último aumento tarifario de seis a 9.50 pesos, pero también el actual gobierno ha sangrado al erario para inyectarle intravenosas de subsidios millonarios a los transportistas. Las cifras son elocuentes. En este sexenio, el gobierno le ha entregado a los dueños del transporte público 3 mil 432 mdp a fondo perdido. Esto representa cinco veces más de lo que ha recibido la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas de Jalisco en toda la administración. Los subsidios han sido para comprar alcancías de prepago, renovar y chatarrizar unidades, así como parte del eufemístico Fondo de Apoyo para las Personas Usuarias del Transporte Público. Este último consiste en entregar dinero público a los transportistas, 50 centavos o un peso por cada viaje, para congelar el aumento de la tarifa. En 2023 se destinaron 500 mdp y este año 640 mdp. Todo lo ha pagado el gobernador Enrique Alfaro (con el dinero de las personas). Otro rasgo peculiar de estos fondos públicos en manos de particulares consiste en la falta de transparencia y rendición de cuentas sobre su asignación. No hay forma de saber cuánto, a quién y bajo qué criterio le han entregado ese dinero. Por cierto, a este monto hay que sumar el “subsidio” indirecto que sale, ese sí, directo de nuestros bolsillos, a través del cambio de 50 centavos que se quedan las alcancías de prepago. Entre los transportistas que demandan un aumento de la tarifa a 16 pesos y más subsidio (sí, exigen ambas cosas) están Ricardo Verdín de Autotransporte Sanver quien aparece en el padrón de concesionarios como propietario de 98 unidades (en la metrópoli circulan más de 6 mil). Las empresas de los otros convocantes ni siquiera están en el padrón, por lo que es de suponerse que la representación de estos transportistas es mínima. Parece más un pataleo inconsecuente. Ante el triunfalismo del gobernador que ayer atajó diciendo que en su gobierno congeló la tarifa de transporte y no aceptará chantajes, solo hay que tener claro que todo ese esfuerzo ha salido de nuestros bolsillos. El aumento de la tarifa deberá discutirse pronto, al inicio del próximo sexenio. Otra “papa caliente” más que Pablo Lemus tendrá que digerir.
