Hoy, como nunca, vemos un escenario marcado por una variedad en los gustos, y una constante es que los cambios en todos los aspectos son múltiples, como movimientos sociales, políticos, culturales y económicos con una gran velocidad como pocas veces habíamos vivido, sin olvidar el gran tema del cambio climático, entonces nos encontramos con diversas alternativas en los procesos y cultivo de la vid en línea con esta vorágine.Y aunque es un hecho que países como Francia, Italia y Chile desde hace años que elaboran vinos con una acidez marcada (mucho por el tema del clima frio que padecen), hoy esta tendencia la estamos viendo en todo el mundo, y es que debido al cambio climático se está cosechando antes, para evitar que la uva se madure de más y entonces la vida del vino sea menor y obtengamos un sabor “muy plano”, esto ha llevado a que las nuevas generaciones estén adoptando bien este tipo de vino, ligero, fresco y con acidez; esto hace que para este vino sea más compleja su elaboración y, por tanto, de mayor costo; sin embargo, al cuidar con esmero la producción también se satisface otro requisito de las nuevas generaciones, que tienen la consigna de “beber menos pero de mayor calidad”.Siguiendo dichos patrones de cambio y mayor conocimiento, hemos visto que los consumidores se sienten más estimulados por probar nuevas variedades de vides (tanto algunas consideradas raras) como vinos producidos en países que antes no llamaban la atención, o simplemente poniendo más foco a vinos que poseen Denominación de Origen Controlada, grandes vinos, champagne, vinos fortificados, etc., todo sin olvidar el gran interés de llevar a cabo maridajes con más pasión que nunca. Y de aquí vemos cómo incrementa el deseo de probar vinos con uvas autóctonas (Portugal), Bodegas del Norte de Italia con su uva Nebbiolo, o el resto de los Estados del Noreste de los Estados Unidos, y obviamente sin olvidar los nuevos viñedos en nuestro país (Sonora, Guanajuato, Jalisco).También vemos que han surgido vinos sin alcohol o de muy baja graduación alcohólica, incluso con infusiones de todo tipo de materias primas naturales; sin olvidar el consumo en casa, rutina que quedó de la pandemia, y que permite degustar vinos Premium (de pequeños viñedos o de pequeñas producciones), dándose un gusto que es posible pagar.Hoy las bodegas y sus distribuidores se dan a la tarea de fomentar este conocimiento llevando a cabo “catas maridaje” (fidelización), que sin duda amplían y facilitan la cobertura de esta Mega tendencia, y no sólo de vinos, sino de un sinfín de bebidas varias. Muchas Gracias.
