El 12 de julio de 2021 cientos de cubanos marcharon pacíficamente por La Habana Vieja -zona declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1982, que es el casco histórico de la ciudad, formado básicamente por el puerto y el núcleo de edificios gubernamentales-. La escenas de quienes se manifestaban pidiendo libertad y que protestaban por la escasez de alimentos y medicinas en la isla, se replicaron en varias poblaciones cubanas. Las imágenes fueron insólitas a través de la redes sociales. Los gritos y los cánticos en contra del gobierno fueron una imagen histórica, pocas veces vista en el país caribeño. Los detenidos fueron contados por docenas y la represión fue brutal en algunos casos. Hasta la fecha, muchos de los detenidos no se sabe de su paradero, según relatan sus familiares.Varias organismos que velan por los derechos humanos se quejaron de la arbitraria y represiva reacción del gobierno cubano. Ese fue el último acontecimiento de protesta y gran envergadura en la isla, donde en aquel entonces la petición de la alta comisionada de la ONU por los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidió fueran liberados todos los detenidos que solo estaban “ejerciendo su derecho a la libertad de reunión pacífica, opinión y expresión”, además de denunciar el “presunto uso de la fuerza en contra de los manifestantes”. Todo quedó ahí, en una inconformidad que se perdió en el aire, con un destino desconocido para cientos de detenidos.El hombre que ordenó la represión y detención de los manifestantes, fue el presidente de Cuba, Miguel Diaz-Canel, el mismo que el domingo pasado recibió de manos de Andrés Manuel López Obrador la condecoración de la Orden Mexicana del Águila Azteca -devaluando su valor y significado-, que es la la más alta distinción que otorga nuestro país a los extranjeros, que fue creada por decreto el 29 de diciembre de 1933 como un premio a los extranjeros POR SUS SERVICIOS HUMANITARIOS. El reconocimiento mexicano por supuesto que no se justifica ni lo amerita el presidente cubano, pero se entiende que el ‘detalle’ es una simple reciprocidad a que en mayo del año pasado AMLO recibió de Diaz-Canel la condecoración José Martí -máxima distinción que otorga el gobierno cubano-, que entre otros ‘galardonados’ con ese reconocimiento se encuentra el ‘distinguido’ Hugo Chavez, quien la recibió en enero del 2005.Y para redondear su ‘obra de buena fe’ ante su invitado de honor, López Obrador prometió interceder para que Estados Unidos termine con el embargo en contra de Cuba, porque “Nadie puede cercar, bloquear a un pueblo por razones políticas, ideológicas. Es inhumano porque es un asunto que tiene que ver con una carga ideológica, que nulifica el derecho de los pueblos a actuar con independencia y libertad”. Y es precisamente dejar con independencia y libertad como cada pueblo debe de actuar, sobre todo recordando al presidente mexicano aquella frase que conoce bien y que reza, “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”. Y sobre la pregunta que AMLO se hizo en la mañanera de ayer sobre este asunto, cuando dijo “¿Por qué orillar a ese pueblo, mediante un bloqueo injusto, a que se revele en contra de su propio gobierno?”, el bien sabe que no es el bloqueo —que por supuesto debe terminar— lo que provocan las protestas, es la falta de la libertad esencial la que orilla a pedir a gritos al pueblo cubano que se le brinde el derecho de tomar sus propias decisiones. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net