En su último informe de gobierno, presentado el pasado 6 de noviembre en el Palenque del Auditorio Benito Juárez, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez abordó numerosos temas, pero dejó caer una bomba: antes de irse del cargo presentará una iniciativa de reforma que conduzca a retomar el análisis del Pacto Fiscal y posiblemente, genere que el Estado de Jalisco lo abandone para acabar con “los abusos” del gobierno federal.En su evento, el mandatario saliente recibió un atronador aplauso de los asistentes. Lo mismo cuando reiteró que “quién sabe” y podría regresar a una nueva campaña electoral en el futuro.En primerísima fila en el informe estuvo sentado el gobernador electo del Estado, Pablo Lemus Navarro, junto a los familiares más cercanos del mandatario que seguirá en funciones hasta el 6 de diciembre próximo.A la fecha, Pablo Lemus no ha comentado si su postura es favorable a esta propuesta de reforma que, por otro lado, tampoco ha sido presentada todavía por Alfaro Ramírez. Pero, ¿estará de acuerdo con retomar una confrontación que en su momento, repudió el expresidente López Obrador?Que el gobierno del Estado de Jalisco llame al gobierno de la república a revisar cómo se integra y con qué fórmulas de distribución, el Pacto Fiscal, es totalmente válido. La discusión se dio en su momento y motivó que el gobierno jalisciense realizara incluso una amplia consulta entre los habitantes del Estado.Pero a cada intento, a cada solicitud oficial por parte de la autoridad gubernamental de Jalisco, la respuesta de la presidencia de la República fue un silencio desaprobatorio. En algunas de sus muchas mañaneras, cuando le preguntaron eso al expresidente, respondía con evasivas en el sentido de que antes, debían lograr una reforma a la Constitución del país.El tema fue cayendo en el olvido porque muchas otras urgencias obligaron a cambiar el tema y el tono en la relación entre el gobierno estatal y la administración federal.López Obrador ya no es presidente y a Enrique Alfaro apenas le quedan tres semanas.Cuando más se movió el tema, pareció cuajar una alianza entre los gobiernos de Jalisco y Nuevo León, pero las diferencias entre los dos gobernadores son ahora definitivas. No existe, al menos ahora, ninguna aproximación entre los gobiernos de ambos estados, aunque los dos hayan surgido de Movimiento Ciudadano.Si la iniciativa de Alfaro Ramírez prospera en el Congreso del Estado y durante la administración de Pablo Lemus se avanza en un propósito de revisión e incluso, se manifestara abiertamente una posición de abandono del famoso Pacto Fiscal, el gobierno de Jalisco estaría solo en ese proyecto.No parece viable que los gobiernos de Aguascalientes, Chihuahua o Guanajuato, gobernados por panistas, tengan interés de enfrentar al gobierno de Claudia Sheinbaum que, como todos pueden atestiguar, está todavía embarcado en una aventura de reformas constitucionales que están apuntalando su poder y su influencia… ¿es el momento de que Jalisco retome una nueva batalla con el gobierno de la república, después de la experiencia de esta administración?Queda la impresión de que es muy diferente la interpretación que el gobernador entrante ha expresado, en el sentido de negociar y dialogar, pero sin que eso signifique sumisión.